14 octubre 2006

IDEAS, EDUCACIÓN Y ABUCHEOS

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Nadie ha dicho que debamos estar conformes con la acción del Presidente del Gobierno, personalmente creo que podría ser más práctico y sobre todo más serio. Y me reservaré otras opiniones para más adelante, pero no para hoy. Lo que hoy me ha llamado la atención es que se le haya abucheado, es un error, como lo fue hacerlo con dos representantes de la oposición en Martorell. Y lo es por muchos motivos.
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El primero porque nosotros, los españoles, pusimos al Sr. Zapatero donde está. Por los motivos que fuera depositamos nuestra confianza en él, el hecho de que ahora unos piensen que fue una equivocación, no les da derecho a exigir que abandone su puesto antes de la fecha prevista. En este caso la falta de respeto al presidente se traslada a todos aquellos que todavía creen en lo acertado de su elección.
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El segundo es porque todos nosotros debemos de tener el respeto adecuado hacia las instituciones, en este caso la Presidencia del Gobierno. La persona que la ocupa, independientemente de sus ideas y tendencias políticas, tiene que asistir a actos en que es necesaria su presencia por ocupar ese puesto, es la institución y no la persona la que tiene el lugar de honor. De la misma forma es la institución, y no la persona, la que merece nuestro respeto. Creo que España mejorará mucho más cuando, al igual que en Estados Unidos, nos demos cuenta que es mejor ser parte de una sociedad basada en la fortaleza de sus instituciones que en el carisma de sus dirigentes.
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El tercer motivo por lo que es un error es porque no se ha ejercido el uso de libertad de expresión, se ha abucheado al presidente amparado en una multitud. Se ha cedido a la tendencia de convertirse en uno más del rebaño. No se ha tenido la educación necesaria; en fin, no se ha hecho de la mejor forma. En este caso la libertad de expresión ha sido una muestra de antipatía, no de rechazo. La falta de respeto hacia la presidencia ha sido también una falta de respeto hacia nosotros mismos.
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Creo que el silencio, la denuncia en una pancarta, la huelga de celo limitándose al estricto protocolo hacia su figura habrían sido un expresión más eficaz, digna y correcta del rechazo hacia el Sr. Zapatero. Pero el abucheo no es más que una expresión cerril, más destinada a evitar que uno se exprese que a manifestar cualquier razonamiento convincente. El abucheo no es más que la expresión zafia del que no tiene razonamientos. El abucheo, más propio de borregos que de personas, debería ser el único exiliado de nuestra democracia.
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Por último diré que quizá el abucheo sea un elemento unificador e igualador, lo hemos visto en la celebración de la Hispanidad y lo contemplamos diariamente en el Congreso, y siempre tengo la misma sensación de que unifica a todos convirtiendolos en chusma soez ; la categoría, nivel social, educación y personalidad de cada uno quedan reducidas al nivel de rebaño. Y lo más triste, están convencidos de que en ese momento representan a alguien o algo.

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