18 septiembre 2006

ISLAM, ISLAMISMO, ARABISMO

http://www.abc.es/20060918/opinion-firmas/espana-islam-civilizaciones_200609180247.html

La opinión del enlace me lleva a meditar acerca de esta explosión de fe, este movimiento religioso que recuerda más imágenes del pasado que a perspectivas futuras. Pero aqui está de momento, instalado en el presente.

No pude ser atribuida esta explosión una lógica sucesión de una tendencia de fanatismo, hay que preguntarse qué ha pasado desde la muerte de Nasser, Sukarno o Mogadesh, todos ellos árabes que intentaron occidentalizar sin éxito al Oriente. Nasser en tres ocasiones formó la República Arabe Unida encontrando tres fracasos. El otro aspirante a ser un líder panárabe, Gadaffi, vive tranquilamente en el olvido.

Y es que quizás la explosión fanática sea consecuencia del fracaso de la búsqueda de una nueva identidad panárabe. No llegar a ésta meta, ya sea por que no supieron hacer, porque encontraron mas dificultades de las esperadas o porque no les dejaron provocó, que la única seña de identidad panárabe sea el islam. Sus creyentes, desde Marruecos a Indonesia, se sienten unidos por su fe y es una de las pocas cosas que les quedan, de ahí su furia a que se considere que es malo o criticable, es tabú.

Los más fanáticos sólo admiten la ley del Corán, se guían según sus pautas en el convencimiento de que toda la sabiduría se almacena en este libro. No se si su mente será muy simple o no, pero la interpretación de lo que pase siguiendo las reglas de un manual, siempre me ha parecido simple y no siempre justo. Pero también es fácil de conocer, esta escrito muy claro, no se puede beber alcohol, no te facilitarán alcohol y si te cogen ya lo sabes, ante esta situación es mejor y más sencillo que tu cambies de opinión a que ellos lo hagan.

Efectivamente, no siguen nuestras costumbres, son diferentes y tienen diferentes valores, intentar que valoren los nuestros es loable, imponerlo no. Intentar valorar los suyos también es loable, pero hay que valorarlos con la cautela precisa para no herir sus supceptibilidades. Y sobre todo tenemos que tener en cuenta que resultas santificado cuando algo se hace en el nombre de Ala. Para bien o para mal la religión ocupa un lugar cada vez más íntimo y personal en nuestra vida, la vivimos más cómodamente y hemos olvidado el apostolado, a nuestra crisis de fé, se enfrenta el estallido de una nueva fé, a la que debemos respetar pero que de ninguna manera nos debe de poner mas limites de los que establecen nuestras costumbre.

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