24 septiembre 2006

FUERA DE ONDA

http://blogs.periodistadigital.com/periodismo.php/2006/09/23/icual_es_la_razon_por_la_que_occidente_s

Pues me llama la atención esta discusión bizantina, es cierto que hay que preguntarse porqué hay que pedir perdón por las cruzadas. Pero la respuesta no sería, desde luego, otra pregunta. Por otra parte resulta atractivo jugar al “que habría pasado sí…” pero no es más que un juego. Puede servir para evitar que se repitan errores del pasado, pero no corrigen los errores del pasado.

Juzgar lo positivo que habría sido que no hubiese habido Reconquista o Inquisición resulta un ejercicio inútil, es además la respuesta más banal que se le puede dar a la pregunta de porqué pedir perdón por las cruzadas. No nos engañemos, el mapa del Mediterráneo poco ha cambiado desde las cruzadas, es cierto que la presencia islámica en España ya no es tan marcada como en ésa época, pero lo es en las antiguas posesiones del Imperio Bizantino. El enclave de Israel es la misma afrenta que sufrieron los musulmanes en los tiempos de las cruzadas.

Y de momento no es posible un encuentro entre Oriente y Occidente, si hemos de ser sinceros pocas veces lo ha habido. El desencuentro subyace en muchas concepciones, en casos parecidas, pero con una interpretación totalmente diferente.

El primer caso es el religioso, monoteísmo, quizás en concepto Dios y Alá son el mismo ente, el desarrollo de éste empieza a marcar diferencias, un ente justo, pero que imparte diferente justicia y que pide a sus fieles diferentes sacrificios. Sin lugar a dudas los cristianos en el pasado fuimos tan radicales, o más, como los musulmanes del presente, cuando ellos eran más tolerantes, cultos y poderosos. Quizás no haya tantas diferencias, simplemente no estamos en la misma onda.

El segundo caso es el social, no diré que la sociedad occidental es más avanzada, no hace tanto tiempo compartíamos perjuicios sociales, los estadistas participaban del convencimiento de que los homosexuales eran un deshecho social y las mujeres debían ocupar un papel secundario. No se trata tanto de la posición de los gobiernos o las instituciones, sino de la de cada uno de los ciudadanos. Desde esta posición podemos ver que cada uno de nosotros nos radicalizamos más en torno a nuestras convicciones: Alá y su profeta en Oriente, nacionalismo y democracia en Occidente. Todo ello hace que la amistad entre personas sea posible, pero entre sociedades siempre será más difícil, imposible porque siempre habrá recelo, simplemente porque no estamos en la misma onda.

El tercer caso es el cultural, podemos usar las mismas palabras, pero no compartimos ni concepto, ni ideas. Mientras que Occidente muchas veces se plantea su papel de culpable, Oriente se plantea su papel de víctima. Ni los unos son culpables, ni los otros victimas. Puede que haya una cabeza revisionista, somos los culpables, o justicialista, somos víctimas, que justifiquen los atentados de Nueva York, Madrid, Londres, Bali… diciendo que lo cometieron terroristas musulmanes debido a la presión de Occidente.

Pero ni Oriente ni Occidente se han planteado ser solución, sólo culpable o victima. Y es que en definitiva no estamos en la misma onda, ni en la misma conversación, ni siquiera en la misma alianza.

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