No he leído, ni pienso leer, la tesis del Señor Pedro
Sánchez. La verdad es que tampoco me ha
preocupado el Currículum Vitae (CV) de ninguno de nuestros diputados o
senadores, en el caso del actual presidente del gobierno no hay relación entre
ser economista y político, Se puede ser un gran economista y un pésimo político
a la vez. En mi opinión en España la política es el recurso de los mediocres,
un abogado discreto puede medrar en el congreso o en el senado cumpliendo el sueño de cobrar mucho y no hacer nada, su trabajo consiste simplemente
en decir si, no o abstenerse, y algunas veces se equivocan. Pero esta opinión
está lejos de ser una ley universal, hay que admitir que hay excepciones.
Pero lo que sí es aplicable a todos los casos es que la
eficacia se demuestra con la gestión que se hace en el presente y no con los
méritos acumulados en el pasado. Estos méritos que se suelen exponer en los CV,
y más en el caso de la política, no son garantía de buena gestión ni de
decisiones acertadas.
Ahora se ha puesto de moda la revisión de los currículum,
estamos yendo a la busca de plagios y de obtener justificaciones de carreras y
másters. En fin, que estamos, cuanto menos, poniendo en duda la autenticidad y
validez de los títulos que tienen, o dicen tener, nuestros representantes. Y
encima nos quieren hacer creer que la solución es la dimisión. A la corrupción
le vamos a sustituir por la titulitis. ¿A
dónde va a derivar todo esto? Es imprevisible, quizás lleguemos al hecho de que
el titular de educación tenga que demostrar que no copió cuando era un párvulo.
Me imagino que ya saben que los políticos en general, y Don
Pedro Sánchez en particular, no son tanto de mi devoción. Pero en el caso de su
tesis, me remito a lo que he leído y oído en los medios de comunicación (ya he
dicho que ni la he leído, ni la pienso leer) me da la impresión de que es un
trabajo discreto, con muchos fallos a referencias (de ahí que se piense en
plagio) y faltas de forma. Un trabajo que podría estar más cerca del deficiente
que del sobresaliente. Pero don Pedro es responsable de su trabajo, no se la
calificación del mismo. En este caso no hay que pedirle explicaciones al
profesorado y no al alumno.
Creo, que ante esta avalancha de títulos supuestamente
falsos nos estamos equivocando al pedir dimisiones. Los alumnos han hecho lo
que siempre han procurado hacer: obtener el título con el mínimo esfuerzo. Es
el profesorado el que ha faltado a su responsabilidad, es la universidad la que
ha modificado las notas, la que ha convalidado cursos presenciales sin
asistencia de unos alumnos, la que ha aprobado las tesis, existentes o
inexistentes, y la que ha otorgado los diplomas que son, en definitiva, una
certificación.
De esta batalla, la principal perjudicada es la Universidad
Rey Juan Carlos, la calidad de su enseñanza está en duda y, hoy por hoy, ningún
licenciado de esta universidad podrá sentirse orgulloso de su título. La
adquisición de prestigio requiere mucho tiempo y trabajo de calidad. El primer
paso para que la universidad recupere su prestigio es la sustitución del
rectorado. Pero entre todas las dimisiones que se han solicitado no se ha
pedido la dimisión de éste rectorado. Como era de esperar en España, vamos
contra los líderes, pero no nos preocupan las instituciones. Preferimos
eliminar a la persona antes que depurar
a la institución.
Todo esto nos deja en evidencia, nos olvidamos de lo
realmente importante. Es noticia la tesis de Sánchez, el Currículum de Rivera y
la carrera de Casado, pero lo realmente importante resulta secundario, el paro
se reduce a la mención de una cifra positiva o negativa a principios de mes, la
situación en Cataluña se sigue enquistando sin que se haga nada en contra y ya
hay indicadores de que la recuperación económica está empeorando, tampoco se
están tomando medidas, todo esto implica deterioro. Pero la tesis de un señor,
los títulos de otros o desenterrar un muerto son las noticias más importantes…
¿ya saben eso de que de aquellos barros, estos lodos?
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