Parece ser que seguimos sin darnos cuenta que la actual crisis catalana es un problema de estado que excede el ámbito político y el judicial. El govern está en rebeldía desde hace mucho tiempo y desde el gobierno nadie ha tomado ninguna decisión. Ha sido el rey el que ha dejado claro lo que el presidente Rajoy tenía que haber dejado patente hace mucho tiempo.
Hay quien quiere ceñirlo a un problema político, y por eso se llama a las conversaciones. La conversación tiene muchos pilares. En mi opinión los más significativos son el diálogo, una forma interesante de pasar el tiempo; el debate, una forma apasionante de enfrentar opiniones; y la negociación, la mejor forma de que las partes lleguen a un fin obteniendo beneficios. Pero iniciar contactos en términos de rendición no lleva a ninguna parte, es tan inútil como pretender curar una enfermedad dialogando con el médico, pero sin seguir sus instrucciones.
La solución de un problema de estado no es con mensajes de una longitud máxima de 140 caracteres, se solucionan con decisiones en todos los ámbitos: buscando unidad y apoyos, ganando a la opinión pública, haciendo respetar las leyes y, sobre todo, llevando la iniciativa.
Y hay muchas cosas de las que hablar... a mi me gustaría saber porque Podemos y sus afines sólo defienden el diálogo que les interesa. Me gustaría saber con quien han dialogado para tomar decisiones en los ayuntamientos que sólo favorecen a sus acólitos. Sin ir más lejos, no he visto que haya habido ningún diálogo a nivel municipal relacionado con el cierre de la Gran Vía, no hay dialogo porque beneficiará a todos los ciudadanos de Madrid, según los concejales de Ahora Madrid... pero para otras cosas (en las que no pueden decidir) si lo exigen.
También una conversación tiene que ser ágil, hay que tenerla bien preparada y saber que responder o hacer en cada momento. No se puede presumir de contemplar todos los escenarios y de tener muy claro lo que hay que hacer y, en contraposición, tardar más de dos horas pensando que declarar cuando se ha declarado la independencia... no da la sensación de que esté todo contemplado, es más, parece que han cogido al gobierno de España por sorpresa.
Particularmente, en este momento me parece absurdo que haya conversaciones. Lo primero porque hay muchos hablando y lo segundo, porque no hay nadie preparado para ello.
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