Autonomía estratégica.
Saltó este concepto a la palestra durante la pandemia. En España, como en otros estados de la UE, se agotaron las mascarillas y hacerse con un lote de ellas era una pugna entre compradores, otro tanto pasaba con los respiradores. Por eso alguno de sus asesores diría al presidente del gobierno que había que tener una autonomía estratégica y no tener la necesidad, de repetirse la pandemia, de comprar compulsivamente a China u otro país mascarillas o respiradores. La autonomía estratégica consiste en la capacidad de producir o disponer del material necesario que no nos haga depender de la producción de un tercero. Con las mascarillas es fácil de entender y consiste en, llegado el caso, orientar la producción de la industria textil. No obstante también exigiría tener almacenado, o ser capaces de producir, el tipo de tela necesario para hacer esas mascarillas. Europa ha probado ser capaz de fabricar vehículos, pero la producción sufrió un parón cuando, casi repentinamente, hubo carencia de microchips. También que un barco encallase en el Canal de Suez e interrumpiese el tráfico de mercancias provocó una minicrisis. La deseada autonomía estratégica depende de muchos factores y es difícil de alcanzar. Además no es completa, se puede lograr en algún aspecto, material o producción, pero no en todos.
Publica Edgardo Pinell en El Debate que “«La autonomía estratégica de la UE en Defensa es una ilusión a corto plazo, tardará décadas», advierte un estudio”, el estudio en cuestión se refiere al realizado por el Hedson Institute, estadounidesense, y dice una obviedad. Ya avisamos que la producción de un sistema de armas lleva tiempo, hoy publica ABC que “Defensa recibirá la semana que viene los primeros blindados 8x8 cinco años después de encargarlos”. El programa de la fragata F-110 comenzó a gestarse hace más de ocho años, se espera que entren en servicio en 2028. En 1985 la Revista de Aeronáutica y Astronáutica anunciaba que el prototipo del eurofighter, entonces se llamaba EFA, iba a volar ya, entró en servicio en el año 2003. Es normal que el desarrollo de un sistema se tome un tiempo más o menos largo. Lo verdaderamente preocupante sería no prever, o no estar desarrollando, un sustituto para el Eurofighter. Se está haciendo, es el FCAS, y tomará su tiempo. Una vez desarrollado el sistema hay que considerar su producción, un avión ya desarrollado y acreditado, como puede ser el C-130 (el Hércules), desde que se inicia su producción hasta que sale de la fábrica listo para volar tiene una espera de tres años. Y no hablamos en estos casos de una autonomía estratégica para fabricarlos, simplemente de capacidad de manufacturarlos.
La autonomía estratégica sería fruto de un proceso ya, de por sí, largo en términos de tiempo. Lo primero sería establecer en qué queremos ser autónomos y en qué grado. En el caso español, si queremos tener autonomía estratégica total en el desarrollo de un vehículo deberíamos tener capacidad para poder fabricar todos los componentes y material necesario para su funcionamiento. También debería ser autónoma la energía necesaria para construirlo y el combustible para que se mueva. La autonomía estratégica, considerando estos parámetros, necesitaría mucha inversión y mucho tiempo. Recurramos a la pandemia para poner un nuevo ejemplo: las vacunas que se utilizaron fueron Astra-Zeneca (británica), Pfizer y Moderna (americanas) ¿Sabemos de alguna vacuna de la Unión? Parece ser que, sanitariamente, la autonomía estratégica se quedó para las mascarillas.
En el caso de una defensa que disfrute de una autonomía estratégica, esto es que los ejércitos estén dotados de material completamente europeo, es parcial. La industria europea produce material de calidad, unos diez o veinte años por detrás del americano, depende del material, en carros de combate hay menos diferencia que con aviones. También se encuentra con el problema de si sería capaz de suministrar el material en un plazo relativamente corto, la industria americana cuenta con pedidos de miles, la europea de cientos.
Pero la autonomía estratégica en defensa no es suficiente, si es verdad lo que dice el informe Hudson, en mi opinión innecesario por la obviedad de lo informado, de que en un plazo inferior a cinco años Rusia atacará a Europa habría que considerar las sustitución de todas las mercancías que pasan por este país. La autonomía estratégica conlleva un planeamiento sobre proveedores y rutas de suministro, e incluso la creación de nuevas industrias que garanticen esa autonomía. No es algo que se consiga de la noche a la mañana, es lo obvio del informe. Pero por algo hay que empezar.
Europa puede conseguir lo que sus naciones por si solas no pueden, pero necesita organizarse y un liderazgo europeo Hoy por hoy imposible