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El autor, Rafael de los Ríos, es periodista y escritor, Doctor en Filosofía y licenciado en Ciencias de la información por la Universidad Complutense.
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La semblanza está escrita a partir de varias de sus obras, resulta una lectura interesante y cautivadora. Aunque es un libro que puede estar más enfocado hacia los adolescentes su lectura no deja de atraer y resulta fácil.
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A lo largo de la novela podemos ver las terapias que el autor se aplicó a si mismo para sobrevivir, buscando siempre algo que le mantuviese atado a la vida. No quiero contarles más del argumento de esta novela, pero si me gustaría regalarle un par de fragmentos, uno es de la introducción y el otro del final de la novela, están prevenidos por si la quieren leer, pero no les contaré más de ella de lo que les he contado.
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En el primero les doy una pista sobre lo que es la logoterapia: "En su consulta, el doctor Frankl preguntaba a sus pacientes cuando acudían a él desesperados: <<¿Por qué no se suicida usted?>> De sus respuestas sacaba la clave sobre el tratamiento médico que debía aplicar: a éste. lo que le ata a la vida son los hijos; al otro, un talento o habilidad por explotar; a un tercero, unos recuerdos que merece la pena rescatar del olvido. La logoterapia consiste en tejer esas tenues hebras de vidas rotas en una trama firme, coherente, significativa y responsable".
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En el segundo fragmento me permitiré resumir la filosofía del doctor Frankl, me imagino que la frase central les recordará a la que dijo el presidente Kennedy, pero quince años más tarde: "Tenemos que enseñar a los desesperados que... que en realidad no importa que no esperemos nada de la vida, sino si la vida espera algo de nosotros. Es la vida quien nos pregunta a nosotros y no nosotros a la vida. Y nuestra respuesta consiste en asumir la responsabilidad personal y en cumplir las tareas que la vida asiga continuamente a cada individuo".
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Y debo admitir que este segundo párrafo me ha dejado cautivado, algo que no ha logrado la frase de Kennedy, en principio porque habla de responsabilidades y tareas, y nos recuerda que somos nosotros lo que tenemos que ofrecer algo a la vida y no al contrario. Algo que va tan contra corriente a lo que vivimos hoy en día, rodeados por unos derechos por los que no luchamos en una existencia en que sólo hay contínuos ofrecimientos y favores que nos hacen sin pedirlos. Pero el segundo párrafo creo que tiene una consecuencia más breve: la vida no es sólo para vivirla, hay que aprovecharla y darle algo a cambio. Y es que el mundo gira enamorado de la vida.
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3 comentarios:
Durante mi etapa universitaria, cuando cursaba Antropología, un autor recurrente era Viktor Frankl, un reputado psiquiatra vienés que describió como pocos la capacidad humana de trascender sus dificultades y descubrir la verdad. Si te interesa profundizar en el tema, amigo Lufer, te recomiendo la lectura de "El hombre en busca de sentido", donde Frankl narra su experiencia en los campos de concentración.
Algo desconocido por conocer...
Gracias por acercanos a él...
Un abrazo
Un tal Hermes Trimegisto, autor de una de las obras cumbres de la sabiduría metafísica, el Kybalión, vino a decir que estamos en este mundo para:
- APRENDER
- SER FELICES
- DAR LO MEJOR DE NOSOTROS A LOS DEMÁS
Puede parecer que no viene a cuento, pero tu artículo de hoy me lo ha recordado. Intento tener siempre presente esas tres razones fundamentales por las que estamos aquí. Un abrazo.
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