11 noviembre 2019

REFLEXIÓN DEL DÍA DESPUÉS DE LAS ELECCIONES


Panorama I

Después de seis meses de desacuerdo de nuestros posibles dirigentes, los españoles hemos tenido que intentar ponerles de acuerdo… darles otra oportunidad. La decisión  no era sencilla. Había que votar a los mismos dirigentes que se mantenían erre que erre en las mismas posiciones. Los cambios no han salido bien, la cara nueva  no ha tenido buenos resultados y al único que ha cambiado algo de actitud, de no a tal vez, se ha desplomado. En fin, que si no cambia la cosa los de la CUP no van a tener que hacer un gran esfuerzo para  hacer España ingobernable.

¿Qué esperábamos? Es científico, una prueba realizada con los mismos componentes y en las mismas condiciones siempre da el mismo resultado. El resumen de las elecciones celebradas es que hemos vuelto a la casilla de salida, y todo parece que la partida se va a seguir jugando igual. No hay razón para ser optimistas, los votos obtenidos sirven a los partidos para apuntalar su rigidez negociadora. Y es que la interpretación de los resultados se hace a gusto del consumidor… a mí no me ha ido tan mal si al otro le ha ido peor, no es tan importante lo que yo haya perdido si el otro no ha ganado lo que tenía como objetivo. Pero la realidad es cruda:ninguno ha conseguido lo suficiente. Necesitamos talento y algo de imaginación, algo de lo que carecen nuestros diputados.

Y es que a los españoles nos gusta la épica y la resistencia a ultranza, nos enrocamos tanto en nuestros principios que olvidamos que para solucionar los problemas que nos atosigan hace falta pragmatismo, si no somos capaces de ponernos de acuerdo para solucionar una situación ¿cómo pretendemos gobernar un estado realmente complejo?

El pueblo ha vuelto a hablar y parece ser que no ha hecho lo que se pretendía, que era, ni más ni menos, que dar una solución. A ver si nuestros potenciales dirigentes además de incompetentes van a ser ilusos. Lo que han demostrado todos es sus procedimientos puramente conservadores: seguirán jugando a no tener la culpa de nada y a considerar insatisfactoria cualquier propuesta, eso se llama irresponsabilidad. Seguirán juzgando insuficiente cualquier cesión, y a eso se le llama avaricia.

Soy pesimista y creo que estamos abocados a unas nuevas elecciones o a un larguísimo periodo de un gobierno en funciones. Creo que va a tardar en presentarse un candidato a presidir un gobierno porque le van a faltar apoyos y que si llega a haber un gobierno constituido no va a ser muy largo. 

De ocurrir tan pesimistas predicciones sugeriría que para las próximos comicios cambien los candidatos.

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