Los políticos es una forma de referirse a “los/as
políticos/as en general, los partidos y la política”, el segundo problema en la
percepción de los españoles, es un concepto ambiguo, resultaría harto difícil describir
los problemas que nos originan los políticos y en qué nos afectan, posiblemente
la consideración que tienen deriven de
que no son solución.
Los políticos han hecho de la política su medio de vid. El político es una persona, ya sea abogado, economista, profesor o cualquier otro
profesional, que al no prosperar; decide armarse de ideales y principios y
dedicarse a la política. Es una forma de vivir de los presupuestos sin ser
funcionario y de tener un sueldo sin más mérito que estar en una lista a la que
han votado. Es un oficio en el que se trata de alcanzar el poder defendiendo
unos principios e ideales que serán
traicionados y haciendo unas promesas que serán olvidadas.
El político es un charlatán que siempre está ofreciendo gangas
y siempre nos está haciendo favores que no se le han solicitado. Cuando se
juntan los políticos envenenan la sociedad,
siembra la discordia y se atribuyen un papel tutelar sobre los ciudadanos que
ahoga su opinión. Los políticos hacen de la opinión un catálogo de opciones, y
en ello acaba radicando nuestra libertad de elección. El sistema, nuestra
democracia, garantiza que nuestra voz pueda ser oída, pero los políticos no la
escuchan o hacen una interpretación interesada de la misma.
Los políticos tienden a olvidar que representan una opción apoyada
por muchos ciudadanos en forma de voto, interpretan que los votos son el apoyo
a su persona y que están al servicio de la opción que representan ser. También
olvidan el apoyo obtenido por otras opciones y al final se trata más de
gobernar que de gestionar.
En España los políticos siguen siendo de izquierda y
derecha, y todos los asuntos se contemplan desde esta perspectiva decimonónica,
son tan irreconciliables en el siglo XIX como en el siglo XXI. Su caínismo ha
motivado que desde 1978 vayan desgastándose una y otra en beneficio de
nacionalismos que, no podía ser de otra manera, también son de izquierdas y
derechas pero capaces de unirse en su paisanismo. Los políticos y, por tanto,
la política son incapaces de aceptar otra solución que no sea la suya o de
admitir los aciertos de sus oponentes. Como consecuencia los políticos solo son
capaces de aportar una solución (la suya) a su problemas pero no pueden dar la
solución a los problemas de todos.
Asistimos también al nacimiento de los populismos, también
de izquierda y derecha, y es que en la sociedad también existe el principio de
acción y reacción. Ello hace que la política (los políticos) sea un peligro si
no es una solución. Recuerden que la guerra es la política por otros medios.
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