Panorama VIII
La sanidad es percibida por los españoles como su sexto gran
problema, pero es el quinto que más les afecta. Es a la vez la joya de la
corona del que gobierna y el caballo de batalla de la oposición. Al ser una
competencia de las autonomías podríamos dividir este problema en diecisiete, aunque
políticamente pueda ser un factor de diferenciación, ya que al estar sometido a
diecisiete gestiones diferentes, implica decisiones diversas, servicios
diferentes e incluso prestaciones disimilares. Una sanidad universal, en un
país que dispone las infraestructuras para que así sea, se ve limitada por las
propias administraciones: un andaluz, por poner el caso, no tiene acceso a
medicamentos subvencionados fuera de Andalucía (a no ser que se meta en trámites
burocráticos) tampoco podrá ser citado en una consulta que no sea en urgencias
fuera de Andalucía. Esto limita la sanidad de calidad a un ámbito local, lejos
de la universalidad. No soy un experto, pèro, creo que funciona,a pesar de todo, aunque se podría
mejorar en este aspecto. Aunque ya entraríamos en un problema de autonomías y
no sanitario.
Creo que lo que nos hace percibir a la sanidad como un
problema es que no tenemos clara la organización sanitaria, quizás pretendemos
que los servicios de urgencias nos presten prestaciones que se deberían prestar
en consultas. Intentaré explicarme un servicio de urgencias es responsable de
que un paciente no se muera, de administrar la primera cura y el primer
diagnóstico, pero no tiene porqué sanar al enfermos. Para eso están las
consultas, que no son tan urgentes, para seguir la evolución y establecer el
tratamiento correcto.
Y en este punto entramos en la clave del problema:
masificación. Uno pide cita y se le concede de forma relativamente rápida en
consulta de medicina general, si es para un especialista el plazo de espera ya se dilata y si es
para una intervención pasas a la lista de espera que ya te llamarán. Esta masificación
además se agrava por el hecho de que un paciente puede estar esperando un largo
tiempo para luego ser despachado en cinco minutos, cuando en realidad le
gustaría esperar cinco minutos y ser atendido en una consulta durante horas En este sentido hay
bastante falta de compresión, que aumenta cuando el personal sanitario se
comporta como un oficinista.
Pero no podemos combatir a la realidad, nuestra estructura
social (cada vez más urbana) facilita esa masificación, siempre habrá un número
limitado de hospitales, de médicos y de personal sanitario. Hay figuras que se
van perdiendo o han desaparecido, sobre todo en los pueblos, como son el médico en su consulta o
las casas de socorro, aumentan los centros médicos que concentran servicios,
pero que en el ámbito rural obliga a largos e inconvenientes desplazamientos.
Máxime si hablamos de un pueblo “fronterizo” entre dos autonomías, en este caso
el desplazamiento puede ser aún más largo.
Vemos, por tanto, que las principales raíces del problema de
la sanidad son la masificación y las diferentes gestiones de la misma. La
masificación es coyuntural, los medios siempre serán limitados. Pero si se
puede mejorar en la coordinación de las diferentes gestiones administrativas.
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