27 diciembre 2018

¿IMPORTA? (¿Para qué sirve la monarquía?)



El pasado 22 de noviembre, en la tribuna de elpais.com se publicó un artículo firmado por Pablo Iglesias (Turrión) (recalco su apellido para que su nombre sin apellido no induzca a error  - ni usurpe – el nombre y apellido del difunto dirigente socialista) titulado ¿Para qué sirve la monarquía?”. Comentando este artículo no entraré en lo que no propone, un debate entre monarquía o república, ni entraré en responder una pregunta que el autor no se preocupa en responder. Y es que el título induce a engaño, Pablo Iglesias (Turrión) se limita, en este caso, a justificar por qué no le gusta la monarquía.

Contemplando el aspecto de Pablo Iglesias (Turrión) podíamos preguntarle: ¿Para qué sirve una máquina de cortar el pelo? o ¿Para qué sirve una máquina de afeitar? Nos podría decir que para nada, aunque la respuesta correcta sería que para él no tienen utilidad, todos nos podemos hacer una idea de para qué sirve una máquina de afeitar o una de cortar el pelo. De esta forma, responder que una de estas máquinas no sirven para nada implica que todos los hombres debemos llevar barba y coleta. Preguntarnos para qué sirve la monarquía es una trampa para defender su república, que no la república.

Si tenemos en cuenta que Pablo Iglesias (Turrión) nació en 1978, queda claro que lo que nos cuenta  en el primer párrafo de su artículo es porque se lo han contado o se lo ha leído, no es más que una opinión, que es discutible, pero no un hecho. Ese periodo que se ha llamado “la Transición” ha hecho correr ríos de tinta e invertir horas de grabación y resulta demasiado simplista resumirlo como “un resultado de correlación de fuerzas entre actores políticos y sociales procedentes de la dictadura y de la resistencia democrática”. Añade la coletilla de que “los primeros tenían casi todo el poder pero ninguna legitimidad, los segundos contaban con toda la legitimidad pero apenas tenían poder”. ¡Hombre! , es que cuando murió Franco (yo si lo viví) había demócratas, pero la “resistencia democrática” no dejaba de ser simbólica , aunque muchos se apuntaran a ella a la muerte del general. La coletilla añadida que viene a decir que hubo malos y buenos, poderosos y débiles, ilegítimos y legítimos, está fuera de lugar. Si los poderosos eran tan malos y los buenos tan débiles, no habría habido transición. Sobre la legitimidad no me pronunciaré, no se de leyes, ni las leyes que habían entonces para hacer o no legítimos a unos o a otros; así que ni yo, ni Pablo Iglesias (Turrión) estamos en condiciones de decir lo que es legítimo o no fuera de lo que es el ámbito de la opinión.

El párrafo que viene a continuación es la expresión de un lamento de que en España hubiese habido una transición y no una revolución, esta ausencia lo considera una traición de los “líderes y los grandes partidos de la izquierda”. Qué decepción para Pablo que no hubiese habido más sangre, pero también… qué mesiánico tener la responsabilidad de esa revolución pendiente. En el mismo párrafo hable de los “héroes y heroínas del antifranquismo”, eran una minoría. De nuevo es una opinión, para otros esta minoría estaba compuesta por asesinos, traidores a la propia república y cobardes. En fin, hay tantos adjetivos como opiniones.
También dice en el mismo párrafo que “el único actor de cierta relevancia electoral en Euskadi y Navarra que se quedó fuera de aquel consenso fue la izquierda abertzale”, me parece un eufemismo para decir que el entorno de ETA (que no la izquierda vasca) se excluyó de este consenso, y me parece además que es contemplar el terrorismo con cierta benignidad, claro… si es de izquierdas.

Cuando después de contarnos su versión de la Transición se cambia la pregunta del título a la de si ¿Sigue siendo útil la monarquía para nuestra democracia?  Comienza haciendo referencias a que se la asocia a privilegios y corrupción. Respecto a los privilegios, la monarquía los tiene establecidos en la Constitución, resulta absurdo pensar que un jefe de Estado no disfrute de unos privilegios, o es que no los tienen los ministros, el presidente del Gobierno o los diputados del congreso, por contra Pablo Iglesias (Turrión) jalea a todos aquellos que pretenden recortar al rey el derecho que todos los ciudadanos tienen a visitar cualquier parte de España. Respecto a la corrupción, el hecho de que un miembro de la familia real esté cumpliendo condena demuestra que los privilegios pueden estar limitados y que a ellos también los alcanza la ley, a todo esto, creo que también hay algunos republicanos corruptos que demuestran que la república no es el antídoto contra la corrupción.

Tampoco supone la república una garantía de la calidad del sistema democrático, el Chile de Pinochet o la Venezule de Maduro ni dejó ni han dejado de ser repúblicas, como también fueron repúblicas las quince soviéticas que formaban la URSS, que, aunque populares, no fueron muy democráticas. Las funciones del rey están establecidas en la Constitución, que además son las del jefe de Estado y es uno de los símbolos que representan a España  y la imparcialidad de la nación. Justificarse en que a la jefatura del Estado se deba de acceder por elecciones, y no por fecundación, es una opinión que sólo demuestra el desprecio de un republicano. En mi humilde opinión me parece más imparcial el rey como jefe de Estado por razón de nacimiento, que Pablo Iglesias (Turrión) detentando esta jefatura (y sé lo que significa detentar. Por esta razón prefiero una monarquía como la española a una democracia como la nicaragüense, por ejemplo.

Menciona que el 3 de octubre debilitó a Felipe VI que “no fue capaz de erigirse como ´símbolo de dialogo”, de nuevo Pablo Iglesias (Turrión) impone su opinión como norma, el rey debe decir y actuar al son de Pablo. Claro, ahora nos dirá que el rey no es profundamente democrático porque no es republicano. Le atribuye, a continuación, el papel de “símbolo de la autoridad de un Gobierno que fracasó a la hora de lograr una salida política…”, creo que el rey actuó como el representante de la autoridad del Estado indivisible (de acuerdo con la Constitución) y que lógicamente, tiene que defender su integridad y ordenamiento constitucional. Aunque Pablo Iglesias (Turrión) piense que esto es secundario, hay otros que piensan que es la piedra angular de la democracia española, que hay otros métodos para conseguir un objetivo antes que la decisión unilateral, pero ello llevaría mucho tiempo (el necesario para que la Constitución diga que España es divisible). Y de nuevo termina repitiendo el tantra del problema político y su solución política… está claro que no ha leído a Clausewitz, por lo menos eso de que “la guerra es la continuación de la política por otros medios” y no es muy consciente de que el corolario de este aserto es que la guerra tiene su origen en la política (o en los problemas políticos), por todo ello creo que es más conveniente una solución judicial que una solución política extrema. Por otra parte, cuando se habla de soluciones políticas, ¿quiere decir que en este caso se puede obviar la ley?

Pasa a continuación a un párrafo en el que nos dice que “nuestra patria necesita hoy dotarse de instrumentos institucionales republicanos que huyan de la uniformidad y el cesarismo, que representen la fraternidad, que garanticen la justicia social y que reconozcan la diversidad de los pueblos y gentes de España como clave identitaria a proteger y respetar”. De nuevo es una trampa que dice subliminalmente que las instituciones monárquicas no hacen lo que se pide a las republicanas… Es ingenuo pensar que los independentistas que queman hoy las fotografías del rey no quemen el retrato del jefe de Estado de una hipotética república. A pesar de la posterior propaganda que hace de los indignados (15M) y feministas militantes republicanos vuelve a tender la trampa de que las instituciones actuales no protegen a las personas.

El último párrafo es un brindis al sol, creer que “la nueva república es una garantía de una España unida sobre la base del respeto y la libre decisión de sus pueblos y sus gentes” es ingenuo, es pretender que todos los problemas se van a solucionar porque de monarquía vamos a ser república, que con ello se terminarán los intentos de secesión y, ya puestos, con la república se acabarán los movimientos migratorios, los crímenes y las violaciones.

En conclusión, Pablo Iglesias (Turrión) hace un artículo sesgado, sin explicar los beneficios de una república (aunque defiende lo benigno de su república) diciendo que no le gusta la monarquía y por qué, pero muy lejos de explicar también cuáles son los perjuicios de la monarquía.


Resulta sencillo ver la deriva de Pablo Iglesias (Turrión), en Podemos se va imponiendo el culto a la personalidad. Ya no se trata de convencer, sino de vencer. Y para eso vale todo, las reglas del juego irán cambiando poco a poco… hasta acabar como Napoleón y los otros cerdos que hicieron la rebelión en la granja. Pablo Iglesias (Turrión) ya es lo más selecto de la casta, por encima de la ley y por encima de sus ideas y convicciones (bueno… aparte de ellas).

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