10 octubre 2009

GUERRA ¿A QUIEN LE IMPORTA?

Me han definido Afganistán como una playa sin mar y con nieve en invierno. Me han planteado, a la vez que yo me lo he planteado antes, si hay guerra o no. Y la verdad es que seguimos jugando con los eufemismos, hay palabras tabúes y guerra es una de ellas por todo lo que implica, por eso es mejor referirse a ISAF, la operación en Afganistán, a la ciudad donde uno va destacado o al puesto que va a ocupar antes que decir que uno puede ir a la guerra. Ya se preocupan demasiado las familias como para oir esa palabra. Y sin embargo todos sabemos lo que hay allí. Por tanto es absurdo perder el tiempo y la energía por una palabra, no es práctico y no sirve para más que para hacer política.
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Pero si tengo que decir las anormalidades que están presentando estas operaciones. Se sienten como algo lejano que no nos afecta, tanto que todos hablan abiertamente de los talones de Aquiles de nuestras fuerzas. El hecho de publicar, un tanto alegremente, que no se dispone de una u otra protección no sólo satisface el derecho a estar informado, también supone un dato que en la era de la información terminará por llegar a la insurgencia. Las desavenencias hechas públicas por políticos y aliados son otro dato de hasta que punto podrán coordinar e interactuar las fuerzas allí desplegadas. Las acusaciones mutuas no son más que dar pistas al talibán. Por eso creo que antes de entrar en disquisiciones de si es una guerra o misión de paz, debemos todos admitir que estar en Afganistán entraña un riesgo que implica extremar nuestros cuidados.
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No obstante si alguien está empeñado en decir que hay una guerra debe pensar que la España que no tiene enemigos está en guerra, y que ello supone realizar un esfuerzo especial en lo que es economía y producción, propios del estado de guerra. No es eso lo que queremos y, la verdad, no lo necesitamos. Así que sin quitarle hierro al asunto, tenemos que insistir en que en Afganistán hay una situación de riesgo, se está cumpliendo una misión que muchas veces obliga a ejercer la violencia y usar las armas, siempre dentro de la legalidad, y a los que no estamos allí nos obliga a ser cuidadosos en lo que decimos, hacemos e informamos.
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Se trata, en definitiva, de no romper los lazos con nuestros compatriotas desplegados fuera de España, allá donde estén necesitan de nuestro apoyo. Que no es otra cosa que el reconocimiento a su labor y que ejerzamos con responsabilidad el ejercicio de nuestros derechos.
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2 comentarios:

Domingo dijo...

A ver si este lunes, cuando las Fuerzas Armadas desfilen por el Paseo de la Castellana de Madrid, no ocurre nada de lo que avergonzarse y se rinde verdadero homenaje a nuestros soldados. Estoy harto de que esta jornada festiva quede empañada cada año, cuando no es por un motivo (ZP no se levanta al paso de la bandera estadounidense) es por otro (Rajoy tilda de "coñazo" el desfile). Se lo debemos a Cristo Ancor y a tantos que como él han caído en la defensa de nuestras libertades a miles de kilómetros de casa.

Fernando Solera dijo...

Yo creo que la inmensa mayoría de los españolitos pasan olímpicamente de Irak, Afganistán y demás conflictos bélicos. Lo único que les importa es llegar a fin de mes y poder ver el partido de su equipo. Tenemos lo que nos merecemos. Por cierto, creo que Zapatero no acudirá al desfile porque se tiene que sacar otra foto con Obama, en esta ocasión sin las góticas.