20 marzo 2007

LA SONRISA

Nuestro presidente no ha perdido la sonrisa con que comenzó la legislatura, aunque no la prodiga tanto. También ha moderado ése movimiento de manos que le hacían parecer una marioneta. Podemos, por tanto, decir que ha corregido sus maneras y se maneja mejor en los atriles. Pero su sonrisa sigue demostrando lo mismo.
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Y es que uno sonrie para comunicar algo: afabilidad, felicidad, complicidad o confianza. Pero en su caso la sonrisa es el reflejo de la ignorancia. Es la sonrisa del indeciso que, como no tiene otra cosa que hacer, sonríe. Es la sonrisa de respuesta, esa que denota que uno no tiene palabras y que se da cuando uno ignora los hechos o está sobrepasado por ellos. Es la sonrisa de inhibición, la del no me importa y no es algo que me afecte. Es la sonrisa del miedo, que no timidez, a ser cogido en la mentira. Y de vez en cuando es la sonrisa del engaño, la del que se ha llevado el gato al agua salvando su situación. Es, en definitiva, una sonrisa para pasar sin pena ni gloria, para hacer un trabajo mediocre en cualquier puesto que ocupe.
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Afortunadamente tampoco es la sonrisa servil o aduladora, es la sonrisa del compromiso no respetado, la que dibuja en su rostro aquel que se sabe que no está a la altura de las circunstancias. No es una sonrisa malintencionada, pero es la que que se pone cuando las buenas intenciones han fracasado.
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La sonrisa, al igual que su mandato, es vacía, aparente y falsa. Es la que se da a todos y nadie la desea, es la que explica incompetencia; la que provoca indignación cuando no tristeza. Es la que a un ciudadano le hace sentir impotente. Es una sonrisa que provoca discordia en vez de entendimiento y temor en lugar de confianza. Es esa sonrisa que denota falta de transparencia, que, más que participar, oculta pensamientos, intenciones y actos. Sin embargo es una sonrisa que define una cara que es el espejo del alma.
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Pero de todo lo que representa, quizá lo peor es la ignorancia, el haber confundido el enemigo, el considerar a la oposición demócrata más peligrosa que al abertzale terrorista. Pero todo se soluciona con una sonrisa.

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