27 septiembre 2017

NUESTROS PECADOS ESPAÑOLES

Asistimos al problema catalán que es lo mismo que decir el problema español. Desde hace mucho tiempo se está demostrando lo que dijo Ortega y Gasset: España está invertebrada. En mi opinión, creo que erramos en el paso tras la Guerra de la Independencia cuando pasamos de ser súbditos del Rey de las españas a ser ciudadanos españoles..

O sea, que un monarca absoluto nos mantuvo unidos, o nos hizo permanecer unidos, mientras que al hacernos ciudadanos no hemos sabido ser españoles, tampoco nos han enseñado a serlo. Digamos que, en cuestiones de entorno, no nos han enseñado a concebir España, la visión de nuestra nación se limita al país, el terruño en el que vivimos.

Pero hay algo más triste, insisto en que no nos han enseñado, y es que basamos nuestra identidad en lo que no somos: los catalanes reafirman su identidad (más que en su idioma) en ser antiespañoles; vascos y navarros basan su unión en no ser españoles. Hemos hecho del cainismo nuestro deporte nacional. Y es que los españoles somos así, amantes de nuestra taifa, a disgusto con los límites y un tanto irreflexivos. Preferimos el yo sobre el nosotros... y sin embargo somos líderes en donación de órganos. También somos tremendamente contradictorios.

Ahora, tras muchos años y ya adultos, nos planteamos qué es España. Y como no nos lo han enseñado nada de ello, recurrimos a la historia que nos han interpretado (perdónenme que lo diga así, pero estoy convencido de que nuestra historia se ha utilizado como excusa del presente y como justificación de actuaciones/revanchas) y así definimos España a conveniencia. Hoy se pretende formar una comisión que la justifique... pero puede que esta comisión no se líe mucho y al final llegue a la conclusión de que España es lo que quieren los españoles y no nuestros eruditos políticos. 

Pero descubrir lo que quieren los españoles es una tarea muy larga, sobre todo teniendo en cuenta que en España lo que es de todos no es de nadie y no hay porque cuidarlo.

Pero yo disfruto de ser español sintiendo como algo mío la Plaza del Obradoiro, la Sagrada Familia o la Alhambra y saber que comparto el Prado, el Retiro o el Palacio de Aranjuez..


23 septiembre 2017

COMPARACIONES, REFLEXIONES Y PARADOJAS

Ha pasado más de un mes de los atentados de Barcelona. Dieciséis personas fueron asesinadas y un centenar heridas. Los ciudadanos de Barcelona, Cataluña y España se movilizaron y las puestas de flores, demostraciones y momentos de silencio se prodigaron. Al asesinato de dieciséis personas se le ha llamado masacre. Hemos reaccionado con asombro y repulsa ante este atentado.

Sin embargo hay más muertes en la carretera o por sobredosis, y no provocan un impacto colectivo comparable al que vivimos hace un mes. Quizás estas reacciones sean provocadas por la sorpresa, porque un atentado es algo que se sale de la "normalidad". Todo acaban siendo cifras que alimentarán noticias y estadísticas.

Todas las cifras son comprobables y accesibles, pero se limitan a ser números, el resto lo pone cada uno. Por eso 16 nos aterroriza y 94.188 la ignoramos o nos deja indiferentes. Y es que 94.188 es el número de abortos que se practicaron en España en el año 2015, esto implica 258 interrupciones de embarazo al día, la muerte de 258 personas en potencia. No sabremos nunca los posibles perjuicios o beneficios de esta pérdida. lo que está claro es que no ha habido ninguna reacción social. Son víctimas sin cara ni nombre que no tienen ninguna consideración. Pero si dejamos de hablar de España, y vamos al mundo, la cifra se incrementa a 42 millones (42.000.000) al año, una cifra que aplasta cualquier comparación con las víctimas de un atentado. Basta pensar en los seis millones de judíos víctimas del holocausto - esta cifra en abortos es superada anualmente en China -, pero eso fue un genocidio mientras que los 42 millones de abortos anuales, son solo un problema de salud, ni siquiera son una cuestión moral.

Pero, como hicieron los alemanes con el holocausto, los ciudadanos de hoy podemos decir que no sabemos nada. Es comprensible, es legal y -me atrevería a decir- que casi cotidiano con horarios, citas y estadísticas. En ocasiones lo legal supone un buen escudo para las conciencias.

Me gustaría saber cuantos animalistas son partidarios del aborto. Esos que se escandalizan por la muerte de un toro en una corrida, que arman la de dios por defender a indefensos animales, que pugnan por el reconocimiento de una carta de derechos de los animales... cuando un nonato se encuentra, cuando menos, en las mismas condiciones.

Recuerdo que muchas veces mi abuela, cuando se encontraba en una situación que le chocaba y no le gustaba, decía "No sé a donde vamos a llegar". Pues bien... ya hemos llegado.