25 agosto 2008

APROVECHAR EL DOLOR AJENO

EL pasado miercoles hubo un accidente aéreo, un desastre que se llevó a 153 personas y dejó un mayor número de familiares desconsolados y haciédose la misma pregunta ¿Por qué? Con esta pregunta han ido a la compañía Spanair, que les dará una respuesta en cuanto sepan las causas del accidente. Hasta ese momento ha atendido a los familiares de las víctimas sabiendo que darles una satisfacción a corto plazo es casi imposible, haciendo frente a acusaciones de que han hecho presión para que el avión despegase después de un mal funcionamiento y soportando insinuaciones por parte del gobierno en cuanto a la incompetencia de la compañía por no suministrar al momento la lista del pasaje.
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Cuando han preguntado ¿Por qué? al gobierno, este quiso dar una imagen de eficiencia y les prometió llegar hasta el fondo de la investigación y una rápida identificación de los cadáveres. La investigación avanza lentamente y ya se ha anunciado que la identificación será más lenta de lo que en principio se había prometido. Pero de nuevo, y como siempre, surgen las maniobras de distracción, que si Spanair tardó mucho en dar la lista del pasaje es una forma de camuflar ese anuncio estúpido de que los servicios de emergencia fueron alertados por un particular y no por AENA.
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Por otra parte los medios de información se han topado con una noticia a la que poder explotar y están exprimiendo el suceso al máximo, vean si no las noticias: elpais.com anuncia que "La pérdida de potencia de los motores centra las pesquisas", intentando desvelar o dar una pista para saber el porqué; elmundo.es publica que "Un inspector de vuelo: 'Fomento sabe que hay aerolíneas que ponen en peligro la seguridad'", intentando involucrar al gobierno en un desastre anunciado; abc.es nos dice que "El Gobierno se da ahora un plazo de 15 días para identificar a los cuerpos". En realidad a esto se le llama hurgar en la herida, y no para curarla, para que sea más visible al público.
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Y todo ello no contribuye más que a aumentar el dolor de los familiares de las víctimas, hacer sentir una impotencia que tarde o temprano se convertirá en indiganción y en la búsqueda de un culpable en el que desahogarse.
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Ahora hagámonos una serie de preguntas e invitémonos al sentido común:
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¿Ustedes se creen que una compañía aérea asumiría el riesgo de perder una aeronave con 175 pasajeros a bordo? La ganacia del vuelo nunca compensaría las pérdidas, ni usted, ni yo y por supuesto tampoco el comandante de aeronave (lo más parecido a Dios dentro del avión) asumiríamos este riesgo.
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¿Creen que es negligencia no dar una lista del pasaje en el mismo momento que la piden? Pues por desgracia, la compañía debe contactar antes con los afectados y comunicar la desgracia. Siempre que ha habido un accidente aéreo no se han hecho públicas las listas hasta que los familiares se han enterado, es una forma de evitar que una madre se entere de la muerte de su hijo por la televisión. No siempre se evita, pero se intenta y antes hay que seguir unos protocolos, de forma que no ha habido negligencia, pero si precaución.
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¿Realmente importa quien comunique el desastre? Creo que es más importante una pronta reacción que una rápida llamada, me imagino que la torre de control del aeropuerto de Barajas primero alertaria a los servicios propios del aeropuerto y dentro de este protocolo de alertas incluiría la llamada a emergencias, creo que es lo lógico.
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¿Acaso vivimos en un país tan corrupto? No piense en la ministra de fomento, piense en usted mismo, si usted supiese que se arreglan fisuras con cinta adherente no pediría una explicación por lo menos, no supongamos a la ministra que hiciese algo que nosotros (eso espero) no haríamos.
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¿Hay alguna forma más rápida de identificar los cadáveres? No lo creo, de forma que será necesario esperar para que cada familiar receiba a su allegado. Es un trance que hace más dolorosa la ausencia y que no va a dar ninguna satisfacción a nadie, fue un fallo el comprometerse a entregar los restos en un plazo determinado, pero también hay un compromiso de lealtad con las víctimas y sus familiares, creo que tiene más fuerza el segundo.
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De forma que discúlpenme pero a mi me parece que se está actuando aprovechando el dolor ajeno, queriendo responder un ¿por qué? se están colocando cabezas en la picota con la esperanza de acertar con alguna. No me parece responsable. El hecho de que no me guste como hace las cosas el gobierno y que no me gusten los políticos no implica que opine que son corruptos o asesinos.
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Siempre que hay un accidente hay quien muestra lo mejor y lo peor de la humanidad, hagámosnos una idea de quien está dando lo mejor de sí y quien está hurgando en las heridas y pensemos como gestionaríamos nosotros este problema. De momento mi más sincero pésame a los afectados.
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3 comentarios:

Anónimo dijo...

Gestionar una tragedia, de siempre, es complicado, pero las experiencias pasadas deberían evitarnos por lo menos pasar por los mismos errores que ya cometimos en el pasado, cosa que no está sucediendo y que implica que el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra. Los familiares de las víctimas tienen todo el derecho del mundo a cagarse en todo lo cagable y a disparar contra tirios y troyanos, que para eso es su dolor, pero la tarea de las autoridades competentes es, en ese oleaje de críticas y acusaciones que no son más que gajes del oficio, hacer su trabajo con la mayor solvencia y eficacia posibles. Pues sea entonces.

Anónimo dijo...

Este tipo de situaciones trágicas y extremas, no son nada fáciles de resolver. Pero es precisamente en esos momentos cuando los responsables de cada área, dirigentes políticos, directivos de la compañía, periodistas y medios de comunicación(y todos y cada uno de nosotros), debemos tener muy claro, que, por encima de todo, está el respeto al dolor de los afectados y la máxima diligencia en resolver los problemas de este colectivo. Es triste comprobar cómo algunos de estos dirigentes, directivos y medios de comunicación, anteponen sus mezquinos intereses a los de los afectados.
Estas situaciones demuestran la calidad de dirigentes y directivos y su efectividad y solvencia en la resolución de problemas.
Un abrazo

Anónimo dijo...

En mi opinión es normal que, ante una tragedia de esta magnitud, se quiera saber cómo ha podido ocurrir, sobre todo cuando el avión había tenido un despegue fallido horas antes y tuvo que ser revisado. Es evidente que no se pueden dar respuestas inmediatas, pero algo gordo pasa en algunas aerolíneas cuando salen a la luz denuncias como la que citas, Luis Fernando.