26 agosto 2008

EL ALETEO DE LA MARIPOSA

Pueden considerar este artículo como continuación de "El efecto mariposa". Tiene relación con la petición de las dos cámaras rusas de reconocer la independencia de Abjazia y Osetia del sur. Hay tres atículos de opinión que me han gustado mucho, el primero se publica en abc.es, lo escribe Florentino Pérez y se titula "Gestionar la victoria"; el segundo se publica en la editorial de elpais.com y se titula "Fuego caucásico", también publica un excelente artículo de Norman Birnbaum titulado "La crisis que debió evitarse", que en vez de analizar las causas, justificaciones e injustificaciones de Rusia, se centra en las relaciones que se han dado en el conflicto.
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En realidad hay coincidencia cuando señalan que la independencia de Kosovo sirve de excusa para reconocer a Abjazia y Osetia del sur; pero también sirve, en consecuencia, para reconocer la de Chechenia. Pero encontrar justificaciones en el mundo de la política es un arte. La Rusia amenazada se defiende amenazando, el vaquero americano alude a compromisos o a principios según convenga y los europeos segundones se han retratado pero han salido en mala postura. Georgia era parte de la Rusia de los zares y posteriormente pasó a ser una de las quince repúblicas de la Unión Soviética. Dentro de cada república había enclaves autónomos o con un estatrus especial como era el caso de Osetia del sur.
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El fin del comunismo trajo consigo el desmembramiento de la Unión Soviética y la creación de nuevas naciones con nuevos problemas que habían encontrado solución bajo la dependencia de Moscú, pero que renacían del mismo modo que nacían las nuevas identidades. Rusia no es parte ajena y Georgia tiene la apariencia de ser un estado tan artificial como Abjazia, Osetia y Kosovo. Todo apunta hacia una dirección: que todos cedan y se alcance un compromiso. El acuerdo parece sencillo: Ucrania y Georgia podran ser socios de la OTAN o tener una relación especial con la Alianza, pero nunca ser miembros. Por su parte, Rusia deberá reconocer la integridad de Georgia y ésta última encontrar una solución capaz de anular el separatismo y respetar la singularidad de los territorios rebeldes. Pero todos han hablado mucho y adoptado posturas de fuerza como para actuar de una forma que no parezca un signo de debilidad.
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No hay que olvidar que Georgia ha sido un sorprendido agresor y que Rusia ha encontrado la provocación fácil para abusar con la excusa de proteger a la población de Osetia de sur como en su momento defendieron a los albaneses de Kosovo, de forma que la discusión de quién fue el que arrojó la piedra primero está fuera de lugar. Los militares que iban a iniciar una operación de carácter casi oficial se encontraron con una ofensiva militar en toda regla que tomo por sorpresa a la OTAN y a los dirigentes políticos.
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De la última lectura es fácil deducir que la clase política internacional ha perdido clase, estilo y tino. Los líderes que hubo en la guerra fría, Churchill, Kennedy, Gorvachov, Billy Brant, Jean Monet, Adenauer... dificilmente se repetiran. Y creo que es porque ya no existe el valor para estar callado cuando hay que estarlo y reaccionar como y cuando hay que reaccionar. Es más creo que se impone el afan de poder, todo se justifica para permanecer en la cúpula dirigente; ello provoca cobardía en nuestros dirigentes que tienden a hacer lo que sus electores esperan o desean que hagan, sin importar mucho la prudencia, el tino y dejar abiertas las puertas para el diálogo.
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1 comentario:

Anónimo dijo...

Estamos volviendo al espíritu de la Guerra Fría. Putin ha exhibido la supremacía militar rusa en Georgia en lo que supone una regresión a la nostalgia por el desmembramiento de la URSS. Rusia teme perder poder e influencia en la región a favor de Europa y de ahí que mediante acciones bélicas de castigo rápido y chantaje a sus vecinos a cuenta de la dependencia energética de gas y petróleo, pretenda reavivar el carácter imperialista predominante en el pasado soviético.