25 junio 2015

PATROTISMO

Seguimos con la resaca de las banderas, hoy se publica en elpais.com un artículo titulado "¿Qué es ser patriota para Podemos?" El caso es que debo admitir que don Perdro Sánchez ha dado un golpe de efecto, el señor Julio Llamazares escribe en el mismo diario una columna titulada "Banderas".  O sea que bien por el secretario general del PSOE, ha abierto una caja de Pandora y sobre un hecho que debería ser lo más normal, ampararse en la badera de la nación (la última E de PSOE significa Español), ha provocado diferentes comentarios ya sea a favor o en contra.
 
Y todos los comentarios se dirigen hacia los cerros de Úbeda. De patriotismo es difícil hablar, es incluso difícil definirlo, y sobre todo, es imposible reglarlo. La verdad es que ser patriota es como enamorarse, un sentimiento. Yo no me atrevería a intentar definir lo que siento por mi mujer, lo podría definir con una palabra, "amor", pero huiría de dar explicaciones. Es que los sentimientos escapan de la lógica, no sé por qué quiero a mi mujer, no sé porque he decidido compartir mi vida con ella, no puedo explicar por qué me atrae, pero ahí está y con ella yo. De la misma forma, me siento español, pero no me diga que le explique lo que siento, le diré que soy español porque he nacido en España, porque vivo en españa, porque pago los impuestos en España o porque acato las leyes españolas... y porque me ampara la Constitución española, que es la que debe definir España y sus símbolos. Pero no soy capaz de compartir ese sentimiento de ser español dado que no puedo explicarlo, quiero decir que para mí, y creo que para cada persona, ser patriota es algo muy mío, muy personal. No compromete a nadie ni me compromete con nadie.
 
Pero cuando en Podemos hablan de patriotismo con tanta complejidad, empiezo a ver cierto romanticismo en esta opción política, no confunda un sentimiento con lo que es España, para mí españa no es ni más ni menos que lo que dice la Constitución, definir patriotismo o actuar en coherencia con los sentimientos no nos lleva a un buen fin. Las leyes y las normas no se han hecho para regular nuestros sentimientos, sino que facilitan nuestra convivencia. Yo siento tremendamente injusto pagar impuestos, pero los tengo que pagar. Las normas se han hecho para que podamos compaginar nuestros sentimientos con nuestra conducta, y es que, en mi opinión, no se debe gobernar a golpe de sentimientos, creo que así lo entendió Nicolás Salmerón, que dimitió como presidente de gobierno antes que firmar una pena de muerte.Los tiempos han cambiado, estamos dispuestos a dar la espalda a la ley antes de cambiarla.
 
En resumen podemos contemplar que siempre podremos definir como queramos una nación, y podremos hablar de ella como un concepto científico, técnico o académico, lo mismo podríamos decir de un estado o un país, pero la patria entra en lo espiritual, en los sentimientos y. en este ámbito, cada uno siente lo que quiere.

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