24 junio 2015

COSMÉTICA Y CAMBIOS

Me ha llamado la atención el artículo que he visto en elpais.com, se titula "La bandera arcoíris ondeará en el Palacio de Cibeles durante el Orgullo", y volvemos con las banderas. Me parece muy bien que ondee en el ayuntamiento la bandera de color arco iris durante el periodo que dure el orgullo gay, como si queremos que ondee una diferente en esa especie de santoral que nos ha regalado Naciones Unidas, así puede ondear la bandera de Unicef el día del niño, o la de la hoz y el martillo el día de san José Obrero. No hay nada más bonito que querer escenificar los cambios, nuestros apoyos o rechazos y nuestra ideología.
 
Y creo que eso es lo que estamos haciendo, escenificar cambios, maquillar la situación más bien. Reconozco que la señora Carmena acaba de llegar como aquel que dice y no ha tenido tiempo sino para dar algún toque de efecto o de color, como puede ser una bandera arcoíris en el balcón del edificio de correos. Por ley general a los españoles nos gustan estos golpes de efecto, lo he dicho muy a menudo, pensamos que empezar a lucir una bandera tricolor, y dejar de ser un reino para ser una república, nos va a solucionar muchas inquietudes. Podemos pensar que es positivo el hecho de que aumenten los divorcios o los abortos, sin embargo a los datos hay que darle la importancia que queramos y que cada uno le dé la lectura que considere conveniente, como también he dicho muchas veces, el que no se consuela es porque no quiere.
 
Y ya que estoy de refranes, mencionaré el refrán de las cosmética: "aunque la mona se vista de seda, mona se queda", lo que quiero decir es que una bandera, por muy arcoiris que sea, no materializa ningún cambio. También hay que tener en cuenta la relevancia del cambio pretendido: que en la educación se contemple la diversidad sexual ¿no habría que incluir antes otras materias? Creo que el objetivo es conseguir un respeto mutuo, un verdadero entendimiento de la situación. La base del cambio está en la convivencia que se puede conseguir, no en las posturas que se pueden mantener. Intentaré explicarme, yo, que soy heterosexual, no tengo por qué estar orgulloso de mi condición, pero no tengo que avergonzarme de ella. Me llama la atención de que haya un día del orgullo gay y no haya un día del orgullo hetero, quizás el verdadero objetivo sea que no exista este tipo de celebraciones. Aunque con lo que nos puede gustar la fiesta, la clave es celebrar esta clase de eventos más a menudo. En consonancia con lo anterior un día de la desvergüenza gay no suena bien.
 
Por mi parte entenderé que hay cambios a mejor cuando todos estemos más cómodos con nuestra convivencia, podré juzgar los cambios que haya cuando tenga una idea más clara de los objetivos, creo que de momento no existe esa claridad, y de lo que se hace para conseguirlos. Si las cosas no son así, nos habremos limitado a cambiar de alcaldesa, por mucho que maquillemos la ciudad.
 

No hay comentarios: