08 noviembre 2014

¿REGENERACIÓN CON LÍMITES O SIN LÍMITES?


Me van a tener que perdonar mi escepticismo cada vez más radical, pero hoy tengo que hacer tres referencias, todas en elpaís.es, aunque las tres me hacen girar en torno a la misma idea: hasta dónde hemos llegado y qué salida puede haber. Una ejemplo moral de hasta dónde hemos llegado lo encontramos en la renuncia por parte de los galardonados a los premios culturales, lo encontramos en un artículo que firman el señor Winston Manrique Sandoval y la señora Blanca Cía titulado "El 'no' a los premios culturales se convierte en protesta política". En este artículo se viene a justificar renuncia a los premios nacionales de cultura como manifestación de un desacuerdo con la política que marca un ministerio, en este caso el de cultura, y el miedo a que éste utilice la imagen del premiado como un respaldo a la misma. Creo que la no aceptación o renuncia de un premio es un acto individual de desprecio más que de protesta. Sin embargo se puede manifestar este desprecio sin hacer aprecio y sin dar más importancia al premio, creo que un buen ejemplo lo dio Woody Allen que tocaba el clarinete en Nueva York a la vez que le concedían el premio Oscar por la película Annie Hall.
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Con esto quiero decir que un premio es, sobre todo, un reconocimiento de la labor realizada por encima de la política. De la misma forma la aceptación no es más que un agradecimiento por encima de la política. Pero en este caso nos hemos olvidado de lo que son las cosas, es preferible suponer que el premio es un soborno y que la renuncia es un acto de integridad. Sin embargo se han desdeñado alternativas para demostrar esa integridad, a las gracias por el premio se le puede sumar la declaración del desacuerdo con la política cultural y para reafirmar el prestigio siempre se puede donar el monto del premio a una ONG. Pero nos gusta más el efecto, la polémica y acentuar el desprecio por encima de otras cosas. Resultado: los artistas (creadores según elpais.com) se han politizado y han politizado su arte y lo han comprometido en una causa que no es la suya, sino la del partido con que simpatizan. Lo que nos lleva a afirmar que en nuestra sociedad, o sea, en nuestro país, todo se ha politizado y debe pasar numerosos filtros para no ofender nacionalismos, opiniones, credos, ideas o tendencias, la libertad de expresión nunca ha estado tan condicionada, ni tan permitida, en otro sentido.
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El segundo artículo, es una columna de opinión, lo escribe Luis Cebrián con el título de "Las corrupciones". En el se expone la situación actual de España y sus instituciones, aunque no esté muy de acuerdo en la totalidad del análisis que hace el autor, me parece muy acertado en cuanto a lo descriptivo y las conclusiones, creo que es necesaria una regeneración y que la Constitución es aún válida. No sé en quien se inspiraron los autores de la Constitución, pero la verdad es que España, históricamente fue la tercera nación del mundo en regalarse una constitución en 1812, y tiene el dudoso honor de haberse redactado una nueva constitución siempre que ha habido un cambio. Pretender una constitución como los Estados Unidos, válida desde 1776, no debe ser tan ambicioso dado que se pueden mantener sus principios y realizar alguna enmienda para solventar como se contemplan las dudas cuando éstas se planteen. En el caso español los cambios habidos han sido para ajustarse a la normativa europea o influenciadas por una situación (creo que el último cambio fue incluir un límite en cuanto el endeudamiento) pero no han surgido cambios en cuanto a nuevos planteamientos para dar respuestas a nuevas situaciones, por ejemplo si Su Majestad tuviese un tercer hijo, según la Constitución, este pasaría a ser el Príncipe de Asturias. No creo que esto signifique, ni merezca, volver a redactar una nueva constitución, creo que bastaría redactar una enmienda. Otra asignatura pendiente que, en mi opinión, daba una solución transitoria a una situación, son las autonomías. Los avatares habidos durante más de treinta años han provocado una administración que en lo local no ha conseguido mejorar la administración y, en lo global, ha creado un sistema tan deforme como caótico. Ni los procesos de transferencias, ni los procesos de elaboración de los estatutos han llegado a tener un reflejo en la Constitución. Una constitución fija los limites del juego, deberes y derechos, realmente debe articular una nación y vertebrarla. La Constitución de 1978 no se ha mantenido al día, no se ha tenido en cuenta que, como a todo documento vivo, hay que enmedarla ante ciertos planteamientos que no hayan sido contemplados en la misma. Por contra los gobernantes, sobre todo el señor Zapatero, han vivido de espaldas a la Constitución en el mejor de los casos, en el peor la han obviado. Hay un mal endémico español: el convencimiento de que un cambio radical (una constitución nueva, un cambio de régimen o medidas radicales) van a solucionar problemas endémicos y sanar los cánceres que nos atosigan. En realidad son ciertas crisis las que crean los problemas, particularmente creo que del maremagnun autonómico ha sido uno de los orígenes de la corrupción.
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El tercer artículo, también de opinión, está escrito por la señora Gemma Ubasart y el señor Íñigo Errejón (ambos miembros de Podemos) y se titula "Podemos: más democracia y nuevo tablero": En esta artículo los autores proponen a Podemos como el gobernante en un nuevo escenario de regeneración en el que cada día se hace la constitución, esto es todo por consenso, sin límites. No niego que sea ilusionante, aunque me plantearía si se pueden trasladar principios de partido al estado sin poner un cierto límite, por ejemplo la autodeterminación, ¿hasta que punto es desmembrable España? ¿puedo autoderterminarme y no pagar impuestos?¿Puede declararse la colonia china comunidad independiente? La regeneración radical propuesta puede ser campo de cultivo para arribistas, las normas adoptadas para impedir este arribismo pueden ser órdenes que encorseten a los ciudadanos, como en el caso anterior dar el poder a un descontento no tiene que significar que deje de haber descontentos e indignados que sigan vociferando que "no nos representan".
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