05 marzo 2010

DE VUELTA A CASA

El tiempo transcurre y al final todo llega. Todo lo que tiene una caducidad acaba por alcanzarla. Nada es eterno. Mi destacamento en Afganistán ha terminado y ya soy historia en ése país. Han sido cuatro meses y una semana que han podido enriquecer mis experiencias y darme suficientes anécdotas que contar a mis nietos. Pero Afganistán no quedará como un buen recuerdo, algo que si lograron Servia, Albania y Macedonia.
.
Traeré un buen recuerdo de los compañeros que hemos coincidido intentando hacer algo en una dimensión muy distinta a la normal. Traigo el triste recuerdo de dos compañeros fallecidos, uno en un accidente y otro en una emboscada a la que llaman atentado. Traigo una felicitación, y los regalos que más puedo apreciar: una bandera de España, regalo de mi jefe por haberla defendido; otra bandera de españa, regalo de mis amigos por haber estado con ellos; y un bastón de mando, regalo de mis subordinados por haberlos mandado con aprecio.
.
Es lo más valioso en un parco equipaje, son regalos que adornan más el corazón que un despacho. Recuerdos tristes por lo perdido y lo no conseguido pero luchado. Me han disparado, bombardeado y tenido en vela más de una vez al mismo tiempo que intentábamos ajustar las tareas a hacer para el día siguiente. Cuando hay un oponente, que dispara, bombardea, ataca e intenta imponer una voluntad por medio de las armas no sabría como llamar a ese ambiente, quizás de guerra, aunque no sea muy conveniente decirlo.
.
El regreso se me hace difícil, noto lo cansado que estoy y lo mucho que he dejado por hacer allí. La familia supone un refugio contra el remordimiento. Supongo que. como siempre, tendré que adaptarme a mi nueva situación. Lo primero que he hecho ha sido dar un paseo lo más largo posible, viendo que hay mucha gente que viste diferente y que tiene diferentes apariencias, constato que es real y no ese ambiente uniforme. Y así, poco a poco, voy digiriendo esta nueva realidad.
.

3 comentarios:

Fernando Solera dijo...

Se nota que este artículo te ha salido muy de dentro. En primer lugar, decirte que me alegro muchísimo de que estés de vuelta. Y en segundo, agradecerte que compartas con nosotros un testimonio en primera persona tan valioso sobre la GUERRA de Afganistán. Quédate con lo bueno, que seguro que ha sido mucho, y de lo malo intenta extraer conclusiones positivas, que seguro que las habrá. Un abrazo.

Domingo dijo...

Que vuelvas es la mejor de las noticias. En Afganistán serviste con lealtad y esfuerzo a tu país, y eso hay que valorarlo con intensidad y verdadera gratitud por parte de quienes hemos estado en España sentados cómodamente en nuestros sofás mientras otros compatriotas se jugaban el pellejo a miles de kilómetros de aquí. Es una deuda de amor inmenso la que os debemos. Bienvenido de nuevo a casa. Un abrazo muy fuerte, amigo Lufer. :)

armando alonso dijo...

Gracias por compartir con nosotros tus emociones. Espero que el retorno sea feliz; y mucho mas el reencuentro con los tuyos.
Un fuerte abrazo.