16 marzo 2010

VACIO

Requejo se sorprende cada día un poco más. Esta vez de si mismo. Parece que desde su regreso a España hay cosas nuevas, pocas han despertado su interés. Y le llama la atención no encontrar en su descanso noticias que comentar, no las ve interesantes. Aunque se felicita por reencontrarse con su vida, no consigue ponerla a punto. Buen entendedor de estas experiencias, hace tiempo que no construye sus retornos en ilusiones, aunque se enfrenta a la vida con toda la ilusión que tiene.
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Quizás su nieta, recién conocida al regreso, sea la causante de esta sequía. Disfruta perdiendo el tiempo con ella. Ya les he visto estar una mañana escuchando música, ella dormida y él mirándola. Creo que la niña le ha sorbido el seso. Pero Requejo está apagado, quizás la intensidad de los cuatro últimos meses le han creado una adicción a estar en todos los fregados. A que se pida su opinión y su decisión.
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Hoy, sin fregados, no hay quien solicite opinión, nadie quiere una decisión y, ni siquiera hay quien pregunte por un parecer. Y a Requejo no le gusta contar las historias del abuelo. Hoy se ha sorprendido leyendo los diarios sin interés, con ese regusto que tiene el marisabidillo de que las noticias le resultan previsibles. Y se nota sin ganas, sin nada que decir y mucho que contar, pero sin sus ideas en orden. Con la cabeza sin amueblar, pero sin quererla ordenar durante algún tiempo.
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1 comentario:

Fernando Solera dijo...

El tiempo con tu nieta nunca será perdido, y bien que lo sabes tú. A veces es necesario 'perder' el tiempo. No siempre se tienen cosas que decir. Es más, muchas veces los silencios pueden ser incluso más explícitos que las propias palabras, sobre todo cuando uno empieza a estar de vuelta de las mismas noticias mentirosas de siempre. Un abrazo.