EL CUENTO DE LAS CIEN PALABRAS Y LA CHICA TATUADA
Participo en el reto "Escribir jugando" de este mes planteado por Lidia Castro Navás en su blog y que he descubierto a través de Mercedes en su blog Mil y Una historias, los requisitos que hay que cumplir están en los enlaces.
Dio la espalda a la Jacaranda, ofreciéndole el tatuaje
de su espalda para contemplar al sapo.
El sapo permanecía en silencio y
a ella se le antojó que si llegaba a besarlo se convertiría en un príncipe que agradecido
le colmaría de diamantes, rubíes, calcedonias
y esmeraldas.
Se sobrepuso a sus reparos pensando en las riquezas y que el príncipe probablemente resultara ser un joven apuesto. Y acercó sus labios al anfibio que, asustado, saltó al agua.
Mi gozo en un pozo ¡Qué ocurrencias! - se dijo - no todos los batracios quieren ser príncipes, esperaré a un sapo que quiera serlo.
(100 palabras)
6 comentarios:
Hola, Lufe. Me encanta el toque divertido que le has dado a tu relato, en el que has encajado muy bien los elementos del desafío, incluso el reto opcional. ¿Seguirá la chica esperando al sapo que se convierta en príncipe? Jeje
Has hecho un buen trabajo. Muchas gracias por tu aportación al desafío de este mes. Te espero en septiembre. Un abrazo.
Intentaré estar en septiembre.
Un saludo
Jajajaja, que bien has gestionado los elementos del reto para crear este magnífico micro.
Moraleja: a veces lo que parece si lo es, jajajaja, y en este caso el sapo era un sapo.
Me encantó.
Un abrazo
Hola Luferura, me ha gustado mucho tu propuesta, como dice Lidia, es divertida. Tu protagonista es un poco fantasiosa buscando su príncipe azul en la charca. Me imaginé al pobre sapito asustado de ver aquellos labios acercársele jajaja. Pero claro que podría ocurrir si añadimos una pizca de magia, quizás aparezca un sapo maldecido que antes fuera un apuesto príncipe. Muy bien integrados los elementos del reto. Bienvenido.
La opinión del sapo importa. Un beso
Wuauu qué bueno lo que has escrito en 100 palabras. No se las normas, no conozco el blog de Lidia, ahora iré hasta allí. Imagino que no más de esas palabras, pues lo has resuelto genial, LUFERURA. Me ha gustado ese final.
Besos.
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