21 julio 2015

LA CLAVE DE LOS PROBLEMAS

Leo hoy en elpais.com una gran cantidad de artículos relacionados con la próxima consulta electoral de Cataluña, sobre todo en los artículos de opinión. Todos cubren un abanico muy amplio, tan diverso como el arco iris. En todos se hace un análisis pormenorizado y detenido de ciertos factores, empezando por el señor Artur Más, siguiendo por el entrenador Josep Guardiola, por lo que dice la Constitución, o por lo ilegal o no de un proceder. En ocasiones tantas particularidades nos hacen olvidarnos de lo global, de las preguntas clave, al no hacernos esas preguntas clave podemos atender a cualquier exlicación, y podemos justificar cualquier tontería... con ello me permito recurrir a la primera clave del problema: que no es el hecho de que alguien diga tonterías, falacias o falsedades sino que alguien esté dispuesto a creérselo.
 
Y esa es la primera clave, el hecho de creerse oprimidos, esgrimido por el nacionalismo catalán, o el hecho de ver épica independentista en un problema social de hace ya casi trescientos años, o el hecho de no saber apreciar los sacrificios que Cataluña ha costado a los españoles a la vez que sólo se valora el beneficio que disfrutamos mientras Cataluña sea parte de España. De todo ello hay una consecuencia: los nacionalistas han acentuado las diferencias, han obviado lo positivo y señalado lo negativo, han exagerado (cuando no mentido) sobre las circunstancias que confluyen en esta situación.
 
Pero, no nos olvidemos, esta situación es fruto de un sentimiento. Podemos hablar de legalidad, de derechos, de lógica y de futuro, pero los sentimientos no conocen lógica ni razón, se alimentan de ilusión, y esta ilusión es la que explota el nacionalismo. Lo triste es que el nacionalismo está claudicando ante todo por una idea, la independencia, provocando que pueda pasar lo peor: que el fin justifique los medios, y una vez dado el primer paso cualquier cosa que justifique el fin es válida. Este primer paso se dió impunemente hace mucho tiempo, los que tenían que haber tomado medidas no las tomaron y hoy tendrán que tomarlas más severas que entonces. No intenten poner nombres, de una forma u otra, fuimos todos los que dejamos que se justificasen los medios.
 
Otra de las claves la expuso don Jesé Ortega y Gasset en su libro "La España Invertebrada", en torno a qué se construye España, cuál es su esencia, en resumen, qué la vertebra... no hay una respuesta todavía. Pero entre todo lo que podía vertebrar Cataluña se ha escogido lo más abyecto (y ahí pierden la razón): el desprecio, cuando no odio, a lo español. No se construye nada creando a un enemigo, cualquier unidad que provoque el enemigo, en este caso artificial, será temporal y solo durará lo que dure el enemigo.

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