09 enero 2016

EL TRAJE DE LA PEDROCHE (lo prometido es deuda)


Como ya les dije en mi anterior post, el traje de doña Cristina Pedroche ha sido uno de las incipientes modas de este principio de año, hasta la cabalgata dio mucho que hablar, tras los Reyes Magos pasó al olvido, pero creo que debemos tratarlo.

Y es que la Pedroche, además de una alegría para la vista,  ha sido un tónico que ha dado que hablar en unos momentos que podemos calificar de interesantes. Creo que el público, y las noticias, han demostrado por qué se inclina y opina el respetable entre la futura coalición de un hipotético gobierno o del traje de la presentadora. Es evidente, ha resultado más interesante y atractiva la figura de la Pedroche que las maniobras de los padres de la patria.

Con respecto a los comentarios sobre las campanadas... ha habido de todo. Pero yo no voy a poner en duda ni la belleza, ni la actitud, ni la atracción que haya podido ejercer doña Cristina, creo que ha quedado demostrado y si su objetivo era llamar la atención lo ha conseguido.

Pero algo que ha excedido de sus objetivos a sido ponernos en evidencia. La verdad es que nos hemos puesto nosotros con nuestros comentarios. Recurriré al primer comentario que se hizo. Aunque podríamos dar el nombre del soez que escribió en el muro de doña Cristina  algo así como "la primera paja del año dedicada a la Pedroche", No pone en evidencia a la presentadora, se pone en evidencia a si mismo y deja mucho que desear de su educación.

Posteriores comentarios, estos más feministas, dicen que la Pedroche da una imagen de mujer objeto, más propia del siglo XIX que del XXI y que no es el paradigma de lo que debe ser la mujer de hoy. De nuevo queda en evidencia la mentalidad de estas personas y la estrechez de sus miras. De hecho el no querer entender que las campanadas son un espectáculo, que cada cadena ha dirigido como ha considerado conveniente. En este sentido Cristina Pedroche, no sé si a gusto o con disgusto, ha interpretado su papel, no sé si ha sido de su agrado ponerse un vestido durante largo tiempo, no sé si su pareja habrá estado conforme con pasar la Nochevieja que ha pasado. Lo que si sé es que los presentadores habrán cobrado por ello y que la exhibición de Antena 3 ha sido el trabajo que se le ha dado a la Pedroche.

Una reflexión un poco más profunda lleva a plantear que si se hubiese utilizado un traje más recatado no habría habido esta clase de comentarios, pero el corolario es evidente: cambiar el vestuario para evitar comentarios es, en el mejor de los casos, temor al qué dirán; en el peor de los casos es censura. Los unos han tenido la tentación de prohibir lo que no les gusta, los otros el mal gusto de expresar de forma tan soez lo que les gusta.



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