Los diarios son víctimas de la actualidad, y las potenciales catástrofes son más noticias que ese goteo de dedecepción diaria que supone un suma y sigue en esa interminable lista de parados. En esta ocasión el cuarto poder se alía con el primero y camufla su parálisis e incompetencia. La gripe porcina que está tomando en cuestión de días carácteres de pandemia hace que olvidemos nuestra desgracia local recordando la desgracia de nuestros hermanos del otro lado del Atlántico a la vez que tranquiliza sobre nuestra situación. No hay peligro dicen los europeos al unísono.
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Y no hay peligro han dicho los responsables de sanidad encabezados por la ministra doña Trinidad Jiménez, si lo hubiese dicho un médico estaría más tranquilo, pero lo ha dicho una persona que comparte la responsabilidad de afirmaciones de sus compañeros y su jefe, esas que decían que no superaríamos una tasa de paro del 11% o que no superaríamos los cuatro millones de parados. Y es que hoy las llamadas a la tranquilidad de un ministro generan más dudas que garantías.
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Otra noticia que pasó con más pena que gloria fue la petición que la ministra doña Elena Salgado hizo para incorporarse en el G-20, algo así como un consuelo a que nuestra preocupante situación económica no impide que seamos una de las principales economías del mundo. No puede escudarse el señor Zapatero en que cuatro millones de trabajo demuestran la precariedad del trabajo en España, muy poca sería su inteligencia y mucha su responsabilidad si ha ignorado este hecho los cuatro años de su primer mandato y lo que lleva de segundo. Bueno, la verdad es que no ha hecho nada para solucionar esta situación... hasta ahora, que parece un poco tarde.
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Lamento que haya gripe porcina, pero también lamento que tenga utilidad. Lamento que alguien diga que hay un incendio cuando la nave se hunde y lamento que se recurra al mal de muchos como consuelo. Ayudemos en lo que podamos, tomemos las medidas adecuadas y centrémonos como hacer frente a una crisis que cada día nos acerca más al abismo.
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