Me ha
llegado una multa en ella un agente de la benemérita me comunica que tengo que
pagar una multa porque hace un mes iba circulando a 130 Km por hora en un tramo
de autopista en el que no podía sobrepasar los 120 Km por hora. En la comunicación
aparece una foto de mi vehículo, se identifica al radar que midió la velocidad
y se me informa de la sanción, se añade que si pago la multa en un plazo
reducido puedo abonar la mitad de la cantidad; también se me comunica que puedo
recurrir y a quien recurrir y lo que me puede pasar si no pago. Yo, que
entiendo que no sirve decir no lo hice aposta, que no vale excusarme con que no
quería ir a más velocidad y que no sabía que en ese tramo había una limitación
no me exime de mi falta, he pagado religiosamente la multa. Ahí queda eso.
Pero
hoy contemplo con cierta perplejidad que a un gobierno -perdón govern- que
lleva más un año, como mínimo, en situación de rebeldía. Que se ha colocado
fuera de la ley y que ha actuado contra la misma, incluso que ha declarado una
independencia, para luego dejarla en suspenso,,, y no pasa nada. Para colmo de
males su presidente ha declarado frente a las cámaras y micrófonos, para que
quede claro y que no haya dudas, que él (y el govern) son los responsables de
todo ello. Por toda reacción se le pregunta si ha declarado usted la independencia para tener
claro si aplicar o no la ley.
Traducido
al tema multa, hay una panda de amigos que circulan en un coche a 200 km por
hora, ellos se han aplicado un reglamento hecho en comandilla en el que se
permiten ir a la velocidad que ellos quieran. A pesar de que se les ha
advertido de que ir a esa velocidad es, además de ilegal, peligroso, de que han
pasado a las redes sociales que van a la velocidad que les sale del forro y que
un radar los ha cogido in fraganti. El conductor de esta comandilla recibe una
notificación en la que se le pregunta si realmente iba a más velocidad de la que debía.
A mí me
parece surrealista y creo que un ciudadano normal no recibiría este trato. Sin
embargo esto sucede ante todos los españoles y buena parte de ellos califica
estas acciones como jugadas maestras. No encuentro otra explicación que esto se
debe a que nuestros políticos se han constituido en una mafia que los hace situarse en una especie de Olimpo. Todos ellos, los políticos, están convencidos de que el hecho
de representar a un determinado número de ciudadanos u aposentar sus posaderas
en un escaño les da derecho a estar al margen de la ley, de las normas y, casi
me atrevería a decir, de toda ética.,, absorbiendo el alma de sus representados.
Y
mientras ellos, cual dioses del Olimpo, mueven sus disputas, los españoles
tenemos el papel de griegos y troyanos en constante lucha y condenados a
escenificar y amplificar sus desacuerdos. Nosotros pagamos nuestras multas y
las suyas, muchas veces con nuestra sangre.
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