18 enero 2017

LABERINTO DE EXCLUSIVISMOS

Hoy me ha llamado, y mucho, la atención un artículo que se publica en elmundo.es, lo firma el señor Rodrigo Terrasa y se titula ¿Deben votar solo los más preparados? y en él se aportan argumentos a favor y en contra de restringir a los ciudadanos el voto. En mi opinión la idea fuerza sobre la que radica la reflexión es en que se tiene que demostrar que uno está preparado para votar, para ello hay quien propone superar un examen.

Aunque me ha llamado la atención, no me ha sorprendido. Ortega y Gasset ya venía a plantear algo parecido en su libro "La rebelión de las masas". Podemos ir a más atrás, a la antigua Grecia, para comprobar que su democracia funcionaba siguiendo este principio.Claro que a las formas de gobierno basadas en el voto de los más preparados se le ha llamado de muchas formas: oligarquía, aristocracia, meritocracia... ahora se llama epistocracia.

La democracia no es perfecta, pero es buena, se basa en que todos los ciudadanos están amparados por los mismos derechos, y todos deben respetar las leyes y atender a los deberes que estas imponen. Debemos reconocer que la diversa aplicación de las leyes y la diferente exigencia de los deberes puede vulnerar la igualdad de cada ciudadano, pero el hecho de trasladar exclusivismos al amparo de los derechos (especialmente al derecho de voto y su valor) es prostituir a la democracia y estratificar la sociedad.

Probablemente el mejor argumento para demostrar que hay que estar preparado para votar lo encontramos en los evangelios, cuando la multitud (masa inculta y mal preparada) decide indultar a Barrabás. Pero ahora el voto es secreto y lo mejor de la democracia es que tras cuatro años se puede enmendar el error. 

Algo parecido al indulto de Barrabás interpreta la actriz Ana Belen que se ha hecho con el señor Fernando Trueba cuando el público no ha asistido a su última película "La reina de España", así lo publica elmundo.es en un artículo que titula  "Ana Belén, sobre el boicot a Trueba: "La gente debería poder decir lo que siente sin que nadie se muera".  



Se le ha llamado a esta  falta de asistencia boicot. Si es así resulta extraño que todo el público se haya sumado a tal iniciativa, me parece erróneo llegar a la conclusión de que solo vayan al cine los que se consideran españoles, también creo que es poco solidario por parte de los que comparten los sentimientos del señor Fernando Trueba  su falta de asistencia. Quiero decir que probablemente la película no resulte ser una obra maestra,. Soy de la opinión que había muchas excusas para justificar el fracaso de taquilla (el IVA o la crisis), pero al final el boicot  ha sido la mejor justificación.

En cuanto a lo que dice la actriz, estoy convencido de que tiene razón, la gente (en particular el señor Trueba) ha podido decir lo que ha querido y nadie se ha muerto por ello. Creo que deberíamos añadir ",,, pero atenerse a las consecuencias". Mis simpatías hacia el señor Trueba desaparecieron ese día, y no tanto por su gratuita declaración ("no me he sentido español ni cinco minutos) sino por el desprecio que manifestaba hacia el premio que se le había concedido.

Mi respeto hacia el señor Trueba se ha manifestado en que no he dicho absolutamente nada de él y no he comentado nada hasta ahora. Pero de la misma forma que yo no puedo exigir a este individuo que se sienta español por un segundo, nadie puede obligarme a ir a ver una película que ni por un segundo me apetece ver.

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