07 febrero 2016

PODEMOS Y PRESTIDIGITACIÓN

Fotografía de el pais.com
Me imagino que ya saben quien es un prestidigitador, aquel que hace juegos de manos con tal habilidad que nos hace pensar que es un mago. En este caso es espectáculo. Pero un prestidigitador también puede ser un trilero, nos esconde la bolita, que al final no está dentro de ningún vaso, o acaba escondiendo la carta de la reina. En esta ocasión el público es estafado.

En cualquier caso, este arte se basa en la distracción, en el que el espectador fije su atención en cualquier lugar que no sea aquel donde está realizando el truco. Hoy he leído un artículo en elmundo.es que se titula "Cádiz, la ciudad que gobierna el carnaval" y lo escribe Don Joaquín Manso, es un análisis de la actuación como alcalde de "el Kichi", un personaje aupado a este puesto con el apoyo del PSOE. Según el artículo este partido tiene razones para arrepentirse del apoyo que le prestó. También según el artículo, la gestión del alcalde es inexistente, pero está ganando adeptos y la intención de voto va aumentando.

Me ha hecho pensar que este partido de izquierdas, juega con las cartas de la igualdad, legalidad y fraternidad, diciendo que están ahí, pero sin mostrarlas en el tapete. Nos hace asistir a un espectáculo con el puño en alto y un niño en brazos mientras se jura la Constitución a la vez que se tiene el firme compromiso de no respetarla y saltársela antes de modificarla. Me da la impresión de que se monta un follón protestando por el reparto de escaños en el momento que se demuestra que Venezuela e Irán han financiado al partido. 

Con respecto a su programa y posicionamiento no han dado muchas pistas, no obstante podemos ver el ejemplo de Grecia y el de muchas alcaldías: mucho espectáculo, poca efectividad y demasiadas explicaciones que suenan a excusas. Recuerdo que uno de los lemas de Podemos (de poder) era "podemos" (de podar), la verdad es que no han podado todavía ninguno de los males de nuestras ciudades y sus proyectos suenan, más que ha podar, a cercenar lo que no les gusta. En mi caso particular, Madrid, he visto que en el palacio de correos se hacen ondear las banderas del movimiento gay, se coloca un cartel en el que se da la bienvenida a los refugiados y se invita a los indigentes a una cena de Navidad. Pero la situación de los gays es exactamente igual a la de hace un año, no hay un plan del ayuntamiento para mejorar la recepción de los refugiados o refugiar a los indigentes (para eso hay otras asociaciones, muchas de ellas religiosas). Madrid sigue sucio y las alternativas que se han barajado consisten en que mi mujer limpie el colegio, que mis hijos recojan las colillas de los cigarros (como actividad escolar) o que me  regañen si tiro algo al suelo. Luego hay una página titulada "Versión original" en que se matizan estas decisiones. Ahora, la función consiste en la retirada de monumentos, placas, nombres de calles y recuerdos de lo que no le gusta, la memoria histórica es una excusa. Para ellos resulta más sencillo retirar o destruir que aportar. 

Por último están actuando en esa firme convicción de que se tiene que prohibir o derogar lo que no les gusta. Les invito a leer el libro "Rebelión en la granja" de George Orwell y díganme si no están siguiendo el mismo camino que hicieron los cerdos cuando se quedaron con la granja.

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