Han pasado ya dos meses desde su llegada y Requejo se pregunta qué ha pasado para que tenga que pensar en un antes y un después de Afganistán. No ha querido que esta aventura marque su vida y cree profundamente que no se la ha marcado. Lamenta no pensar en un antes y un después de su nieta. Pero se ha dado cuento que ha tenido que adaptarse y darsecuenta de que su vda normal es la que hay ahora y no la que había antes. Se ha dado cuenta de que la gente viste como quiere y no de uniforme mimetizado. También se ha dado cuenta de que, a pesar de la posibilidad de elegir, el público tiende a ir uniformado. Esclavos de la moda, las personas tienden a llevar ropas del mismo tono y apariencias muy similares. Requejo piensa que, de una forma u otra, nos dicen siempre lo que hay que hacer.
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Y a lo largo de dos meses ha ido retomando su vida, ya se toma más interés por lo que pasa aquí y menos en lo que pasa allá. Ya no se hace preguntas de cómo fue su paso por esas tierras de Asia y sus recuerdos terminan siendo fotografías para la colección, meras historias que contar a su nieta.
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Y sin necesidad de redescubrir el mundo Requejo se da cuenta a donde pertence y que su sitio está aquí, que con todas las desdichas que se abaten sobre este país y sus gentes es lo que quiere sentir como algo suyo. Y se propone volver a la vida de antes, valorándola en su justa medida y disfrutándola de la misma forma que lo ha hecho siempre.
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2 comentarios:
Poco a poco irás volviendo a la normalidad. Desgraciadamente nos suelen marcar más los hechos negativos que los positivos, y por eso tienes como referencia temporal tu estancia en Afganistán.
Un abrazo.
Eres un hombre todoterreno, amigo Lufer, así que en breve te amoldarás a la nueva situación e irás saboreándola como sólo tú sabes hacerlo, con intensidad y gozo.
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