29 mayo 2010

REUNIÓN DE LA COMUNIDAD DE VECINOS

(Comentario provocado por el artículo "Clinton acusa a Brasil de hacer más peligroso el mundo", elpais.com, 29 de mayo de 2010).
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El otro día asistí a una reunión de vecinos, suelen ser tediosas y con más tendencia al marujeo que a solucionar problemas. Aunque no hay más asuntos que tratar, por lo general, que las cuentas y esos asuntos de escalera que dan la personalidad al vecindario. Pero en esta surgió algo especial: la esposa de un vecino del cuarto se quejo que un inquilino del primero se había comprado una navaja. Respondió una señora que vivía en el tercero que cómo se atrevía a decir eso cuando su marido (el de la del cuarto) disponía de dos escopetas, una pistola y suficientes cuchillos de cocina como para hacer de la casa un matadero.
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El secretario de la comunidad, que vive en un bajo, intentó poner orden diciendo que no podía tomar apuntes, sobre todo si los vecinos hablaban rápido y todos a la vez, que así no había forma de levantar un acta.
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Todos callaron y dejaron que la primera interlocutora hablase, adujo ella que su marido utilizaba las escopetas para cazar, los cuchillos para cortar los alimentos y la pistola sólo para defenderse. Por contra el inquilino del primero, que no le caía muy bien, quería la navaja no sólo para atemorizar a los vecinos, sino que también quería amedrentar a los habitantes de otros edificios. Esto haría del barrio un lugar inseguro que provocaría, en estos tiempos de crisis, que el valor de los inmuebles bajasen.
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El aludido respondió que efectivamente, el había comprado una navaja para pelar patatas, pero que los vecinos del cuarto le tenían apuntado con la pistola, las escopetas y los cuchillos de cocina y que esto era injusto.
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Todos estábamos de acuerdo, la situación no era agradable y todos sabíamos que una navaja se puede utilizar para algo más que pelar patatas y que escopetas y pistolas matan y los cuchillos, por muy de cocina que sean, cortan. Así que el argumento al que acudió la vecina del cuarto fue iniciar una nueva discusión:
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- Es que nosotros somos buenos, tenemos principios y estamos comprometidos con ellos y el inquilino del primero es malo, no tiene buenos principios y es un fanático.
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- Entonces, como es un fanático y no tiene buenos principios, ¿no puede pelar patatas?
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- No quiero decir eso, lo que digo es que no puede tener navaja.
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- Pero ¿cómo se pelaría las patatas, si sólo tiene patatas para comer?
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- Pues que se las coma con piel y bien lavadas.
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- El gasto de agua para lavar patatas sería elevado y los vecinos le acusaríamos de estar dejándonos sin agua.
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- Además - dijo otro vecino que el del primero le era indiferente, pero que a los del cuarto tenían bastante ojeriza- si nuestro amigo del primero tiene que comer las patatas con cáscara, no estaría de más que su marido renunciase al privilegio de cazar, y por ende, a las escopetas. No sería un mal gesto. Tampoco sería malo que usted, con sus cuchillos de cocina, le pelase las patatas, así el gasto de agua no sería tan elevado.
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Otra voz, más queda, un murmullo dicho con esa habilidad de cotilla desarrollada con los años, audible pero imposible de verificar su procedencia añadió:
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- Pues con las discusiones que tienen en un casa los del cuarto no me parece muy conveniente que haya dos escopetas y una pistola. Incluso sería peligroso tener ahí un juego de cuchillos de cocina...
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El presidente de la comunidad, hombre ponderado y cabal donde los haya, admitió que no era una situación deseable la que había, y que sería bueno cada uno de los vecinos declarásemos cuantas navajas, cuchillos de cocina, escopetas y pistolas tenía cada uno de los estaban en la comunidad.
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En ese momento salté diciendo que yo estaba alquilado, que conmigo no iba eso y que a nadie le importaba si tenía navaja, cuchillos de cocina, escopetas o pistolas. Que yo particularmente no me sentía amenazado. Mi vecina, por lo general atenta, saltó que no le extrañaba que no me sintiese amedrentado, porque tenía una colección de espadas colgada de la pared. Esa colección además de ser bonita, según ella, era una forma de exhibir mi poder a todos los vecinos y ella estaba convencida de que las espadas -aunque fuesen un adorno- debían incluirse en la declaración de armas de cada vecino. Ella no tenía que incluir nada porque sus cuchillos de pelar eran romos y no podían hacer daño a nadie.
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Su mejor amiga, que vivía en el segundo, le dijo que esa afirmación no era del todo cierta. Que se acordase de que aunque romos, los cuchillos cortaban muy bien y que hacía una semana la tuvo que acompañar a urgencias para que le diesen dos puntos en un dedo. Así que había que incluir todo tipo de cuchillos.
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Acto seguido un vecino celoso de su intimidad dijo que no estaba dispuesto a dar una lista de sus utensilios, que nos teníamos que dar cuenta que todo implica una responsabilidad y que hasta tener un martillo, un destornillador o un cortauñas implica un riesgo.
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El que da al frente del de la navaja, que tiene una tienda de carpintería dijo que la palabra correcta era atornillador en vez de destornillador y que estaba de acuerdo: la lista de utensilios debía constar de navajas, cuchillos de cocina (incluso los romos), escopetas, pistolas , espadas (incluyendo katatanas que sabía de un vecino que había comprado en una tienda de chinos), martillos, atornilladores o destornilladores, cortauñas y todo tipo de herramientas.
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Así seguimos durante dos horas, engrosando una lista. Al final nos olvidamos que nos habíamos reunido para tratar del deplorable estado de la escalera. La señora del cuarto dijo que ella no estaba de acuerdo con niguna decisión de la comunidad en tanto el vecino del primero tuviese en su poder una navaja, este salió con que tampoco firmaría un presupuesto si los del cuarto tenían dos escopetas, una pistola y un juego de cuchillos de cocina.
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Quince días después la escalera sigue en un estado más lamentable, el ascensor se ha roto, los vecinos apenas se acuerdan de escopetas, pistola, cuchilos de cocina, navaja, atornilladores o destornilladores, martillos o cualquier tipo de herramientas. Sólo dicen que el dimitido presidente de la comunidad tiene la culpa.
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