27 diciembre 2009

LAS OPCIONES Y LA VIDA.

Me ha llamado la atención y me ha gustado el artículo que escribe en la sección de opinión Don Mario Vargas Llosa, se titula "La pareja del año" y aunque comience contando un tema trivial y un tanto cursi, termina planteando una cruda reflexión en cuanto a la comparación de la capacidad de afecto que pueden dar los animales y la escasa, escasísima, proclividad del ser humano a considerar a los demás como iguales. Y es que el hombre tiene una tendencia más bien cainita, de forma que siempre nos las arreglamos para tener al enemigo en casa. En realidad, si reflexionamos desapasionadamente, siempre estamos encontrando razones para sentirnos agraviados a todos los niveles, desde el vecino, el pueblo de al lado, el nacionalismo, la nación limítrofe, el continente lejano y la civilización de allá. En realidad estamos haciendo de nuestra vida una lista de ofensas y reivindicaciones.
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Y es que siempre encontramos razones para sentirnos afrentados y tener excusas para enfrentarnos. También me he dedicado a hacer esta reflexión a nivel personal, digamos que un examen de conciencia sobre mi cainismo y sobre que tan bueno soy. Así que he esperado la visita del fantasma del pasado, del presente y del futuro para llegar a la conclusión de que tengo un círculo de amigos reducido y relativos perjuicios que no rayan lo violento. Pero todos ellos por el hecho de no pertenecer a mi grupo, a mi pandilla o no pensar como yo.
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De forma que no me puedo considerar inocente, sólo más humano y menos animal en todo lo negativo que ello tenga. Pero hay algo que me hace más humano si cabe, que es mi convencimiento en los perjuicios que proceso. Algunos pueden llamarlos ideales, principios o como quieran pero difícilmente profesaré simpatía por un político, o me parecerá bien la vida que lleva mi vecino Pepe. ¿Que le vamos a hacer? Pero tampoco me he liado a gritos con el que no está de acuerdo conmigo, ni me he dedicado a abuchear a Zapatero. En fin, que lo cortés no quita lo valiente.
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Lo que al final me termino planteando siempre es porqué por el hecho de decidir una opción, esta no es la que nos conviene o la mejor, ésta es la buena y las demás son las malas. En muchas ocasiones nos tomamos la libertad de elección como la responsabilidad de decidir entre el bien y el mal. Esto es una equivocación. Porque todos los que no hayan elegido lo mismo que yo sin malos y adoptamos la postura egocéntrica de ser el ombligo del mundo. Ni alguien que sea más listo que yo me hace tonto, ni alguien que sea más tonto que yo me hace listo. La vida es también cuestión de ponderación, de proceder en la justa medida.
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Muchas felicidades, hasta hoy no he tenido mucho tiempo para desearlo.
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4 comentarios:

armando alonso dijo...

El tema que tratas hoy me parece interesantísimo. Los prejuicios y los estereotipos que nos formamos, son el producto de nuestra irracionalidad y de nuestra ignorancia. Es curioso. A medida que cumplo años, además de hacerme más contestatario, me hago más crítico conmigo mismo: el proceso que tú describes. Y me doy cuenta de que soy un tipo del montón. Que hay en este mundo que conozco y en el que no conozco, millones de tipos mejores que yo. Otra cosa diferente es que cuando esos tipos maravillosos y yo no tengamos la misma opionión sobre algo, seamos capaces de DISCREPAR. Para mí, ahí está la madre del cordero: en saber discrepar. Ello implica un respeto por el otro. Y en este aprendizaje estoy. Y, aunque meto la pata un montón de veces, voy aprendiendo poco a poco.
Un fuerte abrazo. Feliz Año 2010

Domingo dijo...

Estas fechas son muy dadas, si uno encuentra tiempo entre polvorón y polvorón, a la introspección, que es ese ajuste de cuentas con uno mismo. Ese diálogo interior nos hace más sabios, sólo que no nos sirve de nada si luego no lo proyectamos hacia el exterior y lo llevamos a la práctica. Yo, por mi juventud, me dejo arrastrar en ocasiones por la vehemencia en las conversaciones y me pongo borrico, aunque luego rectifico y adopto una postura más serena, más conciliadora y dialogante. Sé escuchar y empatizar, pero sucede que me suelen tocar interlocutores que chillan y que no te dejan hablar, y entonces, claro, entro al trapo. Y es un bucle que no conduce a nada. Poco a poco lo voy corrigiendo y economizo saliva y energía cuando observo que no hay manera de establecer una comunicación fluida y dentro de los cauces de la normalidad. Por higiene mental y para no desgastarme en un sindiós innecesario.

María dijo...

Interesante tema, como siempre, sueles expones en tu blog.

Es importante escuchar a los demás, aunque tengamos diferentes puntos de vista, siempre se aprende de todos, y además, nuestra opinión puede ser complementaria con las de los demás, es importante respetar a todos, lo que pasa que siempre hay alguien que no respeta las tuyas, creyendo que esa persona es la que tiene la razón.

Deseo que hayas tenido una feliz nochebuena y navidad en compañía de tu familia, así como también te deseo que tengas una salida y entrada de año llena de sonrisas y felicidad.

Un brindis por nuestra amistad bloguera.

Un beso.

Fernando Solera dijo...

Como decía Campoamor, "todo es según del color del cristal con que se mira". Tendemos demasiado a menudo a ser inflexibles en cuanto a nuestras opiniones, convencidos de que tenemos razón, cuando en verdad no existe la verdad absoluta, sino pequeñas verdades que pueden confeccionar la gran verdad.

Desde mi punto de vista yo creo que en todo ser humano habita un ángel y un demonio, un lado claro y un lado oscuro. Si me permites me pondré un poco biblíco, ahora que estamos en las fechas y concluiré diciendo que "quien esté libre de pecado que tire la primera piedra". Aunque esto último no haya que tomárselo demasiado al pie de la letra, como han hecho algunos con el Papa y Berlusconi.

Feliz salida y entrada de año, Luis Fernando.