28 junio 2009

POLITICAMENTE CORRECTO

Me van a permitir que a lo largo de esta semana intente explicar siete pecados capitales de nuestra democracia. Es algo que, a fin de cuentas, llegarán a ser los siete pecados de nuestra sociedad. No obstante, debemos admitir que esos siete pecados también vienen a definir, de una u otra forma, nuestras siete virtudes, que también deben ser tratadas, pero más adelante.
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Lo políticamente correcto viene a ser una especie de estar a la moda moralmente. Intentaré explircame: uno se adhiere a una idea o expresión más no por convecimiento, sino porque todo el mundo lo hace. Así tenemos un gran número de progresistas que lo son porque son simpatizantes socialistas y, a la vez, son incapaces de explicar en qué consiste el progresismo. También tenemos los que se definen liberales, una nueva forma de insinuar conservadores, que tampoco tienen muy claro que significa ser liberal. Pero lo políticamente correcto es identificarse como progresista en vez de socialista o como liberal en vez de conservador. La primera parte de lo políticamente correcto es refugiarse en eufemismos.
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El despropósito de lo políticamente correcto lo encontramos en el ejercicio de la libre expresión, sobre todo cuando esta se ejerce contra lo socialmente establecido: el mismo comentario que contra un negro puede ser tachado de racista y contra un marroquí de xenófobo; si se hace contra un español es admitido como un ejercicio de crítica necesaria y constructiva. Ni que decir tiene que las reacciones contra el comentario tachado de racista o xenófobo suelen estar salpicadas de mala educación y grosería. Los apoyos a la crítica necesaria y constructiva también suelen apuntaladas con mala educación y grosería pero hacia el español objeto de crítica. Es lo políticamente correcto.
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También es políticamente correcto exigir respeto hacia unos y ser crítico hacia otros, y esta es una actitud alimentada por los políticos. Se reclama el civismo para con unos a la vez que se vandaliza con las sedes de otros, se asume que uno puede expresarse y se justifica el boicot hacia otros. Es decir, que lo políticamente correcto consiste en intentar garantizarse unas libertades negándoselas a otros y excusándose en la defensa de la libertad.
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Pero el colmo de lo políticamente correcto es el recurso al "y tu más" o "y tu menos", a excusarse con el pasado reprobable a dar a entender que "como tu nos metiste en Irak" yo tengo carta blanca para hacer lo que quiera, o el que como "tu tienes mas casos de corrupción" los míos no son importantes. O el recurrir a que como somos un estado de derecho no nos planteamos si las leyes hacen justicia o son aplicables.
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Y es que creo que es más sano ser educado que políticamente correcto, el hecho de que una persona pueda expresar, eso si, con toda educación sus principios xenófobos, racistas, sexistas o extremistas y que pueda ser contestado con la misma educación y razonadamente lo erróneo y perjudicial de lo que sostiene sin recurrir al insulto justificado por lo políticamente correcto.
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3 comentarios:

Domingo dijo...

Vivimos instalados en el papanatismo más absoluto y queremos ser tan pulcros y nos la pillamos tanto con papel de fumar que caemos en el ridículo. Lo políticamente correcto es una forma sutil pero destructiva por igual de deslizarse hacia el yugo del pensamiento único. Si admitimos como ciertas e inequívocas ciertas opiniones, catalogando de falsas y erróneas las contrarias, se cercenan los ámbitos de libertad y pluralidad, y se dinamita la batalla de las ideas. Además nos volvemos acríticos y a fuerza de seguir lo que se supone que es lo correcto vamos perdiendo la capacidad de pensar, una fase peligrosa con indeseables consecuencias.

Fernando Solera dijo...

Muy atinada y pertinente reflexión, Luis Fernando. Si hay algo que no me gusta en la vida son los gregarios. Creo que hay que ser disidente y siempre crítico con el poder, por incómodo que resulte. Sin embargo nos hemos vuelto todos muy señoritos, nos hemos creído europeos, y por eso ahora no podemos llamar a las cosas por su nombre, porque si lo haces a la mayoría aborregada le falta tiempo para balar contra ti.

De todas formas esto lo explicó mucho que yo Álex de la Iglesia en su ópera prima "Acción Mutante". En sólo un minuto lo clavó. De verdad que merece la pena ver el vídeo.

Un abrazo, Luis Fernando.

Divertidísimo momento de Acción Mutante

armando alonso dijo...

En mi personal (y discutible) escala de valores, lo políticamente correcto es expresar con la máxima sinceridad y educación mis opiniones. Y estar expuesto a la necesaria y constructiva controversia. Eso sí, exigiendo la misma educación. La sinceridad será cosa de cada uno.
Un abrazo.