07 noviembre 2018

A LO HECHO, PECHO.

El Gran Wyoming y Dani Mateo en 'El Intermedio'.
Imagen tomada de elpais.com

Hoy elpais.com publica una columna de opinión, escrita por Manuel Jubois, que se titula "Instrucciones para hacer reir". En este artículo, a partir de la humorada de Dani Mateo, se compara la reacción que ha habido contra la misma con la reacción que hubo en el mundo árabe contra las caricaturas de Mahoma; al final se llega a la conclusión de que "si en España se deja de llamar cuatro ojos a la gente que enseña la navaja, no es porque haya cómicos cobardes, sino porque hay cuatro ojos dispuestos a todo".

Me parece un magnífico ejemplo de la doblez con que algunos opinan. Ya desde el principio, su título,"Instrucciones.." como si fuesen necesarias, aunque con sarcasmo, en una sociedad en que a las normas escritas se le suman las reglas no escritas de lo políticamente correcta.

No hay que olvidar que hubo detractores, con miedo, que defendieron que las caricaturas de Mahoma no se publicaran. También creo que no hay comparación entre las reacciones que suscitaron las caricaturas y la sonada de mocos.

Aunque la Constitución garantiza el derecho a la libertad de expresión, también reconoce el derecho a la dignidad y a ser respetado. Esto está escrito, no está escrito que los derechos deban ser exigidos con educación y respeto. Por esta razón uno se puede encontrar con que si cuenta chistes de mujeres resulte ser un machista; si el chiste es de negros sea un racista; y si es uno de esos chistes que empieza por "están un español, un inglés y un francés...." va a ser un xenófobo. Ahora la moda es que un republicano cuente chistes del rey; un animalista haga mofa de la muerte de un torero; un actor se cague en Dios y los católicos; o un humorista se suene los mocos en la bandera de España... y nadie se tiene que ofender. Lo dicho: doble moral. Por supuesto lo anterior es de doble sentido, admite viceversas y variaciones.

El derecho a la libertad de expresión hace que en España, gracias a su Constitución, resulte muy fácil ser valiente, transgresor o desvergonzado con sus instituciones y símbolos. Pero no se es consciente de ser responsable de lo que se dice. Esto implica la libertad de ejercer, dentro de la legalidad, el derecho de réplica, en la forma que una persona considere correcta. Es decir, si Dani Mateo se suena los mocos en una bandera, puede hacer reír a unos e indignar a otros. Estos últimos pueden decidir no comprar los productos que se publicitan, no ver el programa, no sintonizar la cadena de televisión, o no ir al bar del humorista. Todo acción, tiene reacción, lo que uno hace tiene sus consecuencias. Y después... a lo hecho, pecho.

Esto no es ser violento, ahora va a resultar que a los que nos parece una grosería sonarse los mocos con una bandera (cualquiera que sea) vamos a ser violentos, como si no hubiera mujeres violentas, homosexuales violentos o extranjeros violentos,. Como tampoco es exclusivo de uno de estos grupos amenazar con una navaja. Y, repito,si cada uno puede expresarse como quiere, cada otro puede replicar como le parezca.

A este respecto, no es que los padres de la patria nos estén dando un buen ejemplo en el Congreso o en el Senado. En realidad se comportan con una falta de respeto y mala educación que uno pensaría que se creen estar en un nivel superior que el de los demás. En realidad no se aplican para sí, lo que exigen de otros.


No hay comentarios: