22 mayo 2016

TRAGAR SAPOS



La libertad de expresión es un derecho amparado por la constitución. En su nombre se han hecho muchas barbaridades y, bajo la protección de este derecho, se han cometido muchos abusos. Por otra parte, el pertenecer a una mayoría nos hace más sectarios y animales, ser uno más de una masa ingente y uniforme parece que nos limita nuestra capacidad de pensar y nuestras capacidades de entender otras expresiones que no sean las nuestras. Aisladamente no somos asesinos, pero la masa nos desinhibe y nos hace capaces de cometer cualquier fechoría.

Esta semana ha estado marcada por la prohibición o no de las esteladas en el estadio Vicente Calderón con motivo de la copa del rey. Al final se han autorizado, me parece lógico, pero no deja de ser tragar un sapo, aunque ello suponga garantizar el derecho de expresión. Particularmente creo un poco irónico ampararse en el derecho de expresión para lucir una estelada o una bandera republicana cuando este derecho no permite la exhibición de una cruz gamada o una bandera con el águila de San Juan, alguien me podrá decir que incitan a la violencia o que son provocadoras. Pero les recordaré que dos no discuten si uno no quiere. Casualmente he visto más agresiones por parte de los pacifistas que de los belicistas, he visto más provocaciones por parte de los que promueven el cambio que de los que están conformes y, desgraciadamente, en todos he visto más falta de respeto y desprecio que contención. una actitud en la que parece que hay diferentes prioridades en cuanto a los derechos que garantiza la Constitución, y que se puede abusar de unos a la vez que no se respetan otros.

Me he permitido acompañar este post con un cartel de propaganda que ya he visto en otras ocasiones, lo que pone en el cartel podría dar lugar a un debate más largo, pero no es ahí a donde quiero llegar. el respeto por la Constitución me obliga, y es necesario para garantizar la convivencia, a tragar sapos. Y no solo en forma de estelada, tengo que vivir con una ley de "violencia de género" que no reconoce el maltrato que las mujeres puedan hacer a los hombres, el que un hombre le pueda hacer a otro hombre o el que una mujer le pueda hacer a otra mujer. He perdido la subvenciones de los jóvenes porque ya no lo soy y las de los mayores porque todavía no he llegado, puede que cuando llegue pierda hasta la pensión... y, a pesar de todo, no reniego de una Constitución que a unos descerebrados les ampara todo menos la independencia.

Pero reconozco que todos, menos algunos, están haciendo bien su trabajo, y esos algunos son los que tienen la responsabilidad de hacer cumplir la Constitución, si bien la interpretación de ésta es que una estelada es legal en el Vicente Calderón, y los madrileños se tienen que tragar ese sapo; de la misma forma una rojigualda es legal en  el Camp Nou, y se tendrán que comer ese sapo. Tan provocador es lo uno como lo otro y alguien tiene que hacer que se cumpla la Constitución, si esta no se puede hacer cumplir o hay un mal gobierno o una mala carta magna.

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