17 enero 2010

REQUEJO Y LA PARCA

No son los grandes hechos los que nos hacen reflexionar, ni siquiera las grandes desgracias las que nos afectan. Muy al contrario, son los pequeños detalles los que nos tocan la fibra sensible y lo que nos resulta más cercano es lo que nos afecta. El gran terremoto que ha asolado Haití nos hace exclamar qué barbaridad, la cifra de 100.000 muertos si acaso nos lleva a la conclusión de que "a perro flaco todo son pulgas" y que si el desastre hubiese ocurrido en otro lugar más desarrollado la ayuda sería más eficaz y el números de víctimas menor. Si acaso alguno habría recurrido al refrán de que "no somos nada".
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Requejo se encuentra lejos de su casa y los suyos, su fibra sensible se vio afectada por la muerte del soldado Christian Javier Quishpe Aguirre, en unas horas tuvo la suficiente información sobre él como para entablar una amistad, pero fue tarde. El hecho de coincidir con tanta gente hace que Requejo no pueda prestar la atención que merecen los que le rodean.
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Pero la anónima singularidad de la muerte en Herat y la anónima pluralidad de la muerte en Haití le hacen ver que La Parca encuentra sin buscar y que acecha a cada uno a modo de compañera del ángel de la guarda. Sabe que tarde o temprano nos toparemos con ella y Requejo ser sorprende descubriendo que la vida no es más que un tránsito. Nadie sabe, y cree que es preferible no saberlo, cuando va a ser el final de ese tránsito. Pero por su edad presiente que el tiempo de lo vivido ya supera al de lo por vivir.
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Y asi empieza a preguntarse como podría encararse con La Parca, que no enfrentarse. Y descubre que no tiene elección que también es preferible no saber como llegará. Y que va a ser lo que haga en la vida lo que dignifique su final. Y de nuevo empieza un tortuoso exámen de conciencia de cómo ser mejor o peor, de qué arrepentirse y estar orgulloso, y llega a la conclusión de que hay que sentirse satisfecho consigo mismo y que no hay juez más severo que la propia conciencia. Descubre que lleva una semana torturándose y entrando en lo profundo de un laberinto abstracto, en el que cambian caminos y conceptos.
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Y es que todo se va complicando, nuestro deseo de simplificar se topa con demasiadas singularidades, con muchos pequeños mundos sujetos a una física particular en cada uno. Algo que hace que las leyes universales no existan. Y Requejo concluye así el tiempo que dedica para él y se pone a trabajar.
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5 comentarios:

Fernando Solera dijo...

Yo a todo el mundo le recomiendo la que para mí es, sin duda, una de las mejores películas de la historia. Me refiero a "¡Qué bello es vivir!". En ella se cuenta con una belleza y originalidad abrumadoras que lo verdaderamente importante es ayudar a los demás, sentir que tu vida realmente ha merecido la pena porque has servido para que otros pudieran ser felices o, al menos, un poco menos infelices. Esa satisfacción personal no se puede pagar con dinero, amigos.

Un fuerte y solidario abrazo

María dijo...

Hola, Luferura:

La tierra se ha revelado, ha protestado, ha temblado y nos ha hecho temblar a todos, para que nos demos cuenta que hay personas que nos necesitaban, y ahora mucho más.

La desgracia se ceba en los más débiles, y si antes eran desapercibidos o invisibles para nosotros, ahora ya no, ahora nos damos cuenta de que están ahí, de que necesitan nuestra ayuda, de que hay más de cien mil personas que hoy son cadáveres y miles heridas, y que ya no les queda nada, sólo desolación y llanto, esto es terrible, Luferura, terrible.

Pero a pesar de todo, España cuando tiene que ayudar ayuda, y aunque no sean mucho seis aviones que hayn ido para allá, somos solidarios, como también otros países.

Esperemos que cuando pase el tiempo, no se quede todo en el olvido.

Un beso y feliz día.

Domingo dijo...

Supongo que es lógico que, encontrándote como te encuentras en uno de los "puntos calientes" del planeta, allí donde la vida apenas vale nada, te vengan a la cabeza tan oscuras y desapacibles reflexiones, amigo Lufer, pero sé que eres más fuerte de lo que crees y además, tu casa, tu gente, los que te quieren bien, están orgullosos de ti. Ten siempre presente a los tuyos, como seguro que así es, y, aun en la distancia, no estarás nunca solo. Hay que buscarse estímulos. Saber que tienes un lugar al que volver y donde te esperan ya es aliento suficiente para sacudirse el polvo y seguir peleando.

armando alonso dijo...

Requejo es un tipo grande. Es un hombre muy normal, con sentimientos como los hombres normales. Y es un hombre sencillo que se siente cerca de sus colaboradores y recuerda con añoranza a los suyos. En fin, es un hombre inteligente porque, aunque se emociona, reflexiona friamente y está firmemente decidido a continuar su vida hasta que se acabe.
Un fuerte abrazo Requejo.

María dijo...

Hola, amigo:

No tienes nada nuevo, echo de menos tus letras.

Te deseo un feliz comienzo de semana.

Un beso.