10 septiembre 2025

EL CUENTO DEL INCENDIO FORESTAL

Participo una vez más en la convocatoria juevera que en esta ocasión organiza nuestra amiga Campirela en su blog. Agradecemos su labor. Todas las participaciones aquí.

Esta es mi aportación:

EL CUENTO DEL INCENDIO FORESTAL.


Nadie sabe cómo empezó. Lo que en ese momento era realmente importante es que el fuego había aumentado y ya era un incendio impulsado por el viento hacia el pueblo.

Andrés, guardia civil, llamó a la casa de Pedro, único habitante que quedaba por evacuar.

- Pedro, tienes que venirte conmigo, eres el único que queda.

- Andrés, no puedo y no quiero abandonar mi casa, aquí nací y aquí he vivido me estás pidiendo que deje mis recuerdos y mi vida. Lo siento, me quedo a salvar mi casa.

Andrés guardó silencio cogió el walki y se comunicó con la comandancia:

- Mi sargento, el pueblo ya está vacío, sólo queda  Pedro. Yo me quedo con él.

- Tomo nota, mandaré refuerzos – Respondió el sargento – corto.

Pedro y Andrés prepararon sendas  mangueras, palas y esperaron a que el fuego se acercase, en cuando estuvo a su alcance comenzaron a rociar las llamas. Poco más podía hacer tan poca agua que frenar el avance de las llamas, en un instante tanto Pedro como Andrés se dieron cuenta de que luchaban por su vida. Pero Pedro se negaba a abandonar su casa y Andrés no estaba dispuesto a dejar a Pedro, tenía con él una especie de compromiso. Ambos siguieron lanzando el agua con poca fuerza hacia un incendio que les iba a devorar.

Súbitamente un avión rojo y amarillo soltó una descarga de agua frente a ellos, las llamas disminuyeron en tamaño e intensidad, unos cinco minutos más tarde un helicóptero soltó otra menor a lo largo del fuego. A los diez minutos, potentes chorros de agua llegaban más lejos y con más fuerza a las llamas. Por fin el incendio retrocedía y parecía apagarse hasta quedar frente a ellos una mancha negra salpicada de mojones quemados que antes fueron árboles.

Pedro y Andrés miraron entonces a su alrededor, había tres camiones bombas y un montón de personas, lo tiznado de las vestiduras impedían identificar si eran bomberos forestales, militares de la UME o los “refuerzos” de la Guardia Civil que había enviado el sargento.

- Todo esto por mi casa – dijo Pedro.

- No Pedro, ha sido por tu vida – replicó Andrés.

24 comentarios:

Susana Moreno dijo...

Ojalá fuera siempre así. Un beso

Campirela_ dijo...

Un hombre con sentido del deber, más allá de su cometido, sé jugo su vida por salvar la de Pedro.
Un valor y entrega a su trabajo.
Me gusto el enfoque que le diste. Un abrazo y muchas gracias por tu participación.

LUFERURA dijo...

No es siempre, pero ocurre más a menudo de lo que creemos.
Un saludo

LUFERURA dijo...

Muchas gracias por tu comentario y opinión, siempre es un placer participar. Gracias por admitirme.
Un saludo

María dijo...

Qué buen relato, LUFERURA, y además con los incendios que ha habido este verano, has puesto un gran ejemplo.

Qué duro es quedarse sin casa, sin nada, pero más duro es perder la vida. Todo un ejemplo, el de Andrés, por salvarle la vida de Pedro.

Un abrazo.

LUFERURA dijo...

Hola María,
Muchas gracias por el comentario, también quería decir que el ejemplo de Andrés hizo que muchos más lo siguiesen para salvar la vida y el pasado de Pedro. Es más frecuente de lo que pensamos, mucha gente está dispuesta a dar su vida por salvar la de un semejante. Afortunadamente el "sálvese el que pueda" no funciona siempre.
Un saludo.

Nuria de Espinosa dijo...

Un relato que impacta al recordar lo vivido durante los fuegos este verano. Pedro logró salvar su casa, su vida y sus recuerdos, gracias a Andrés. Emotivo. Qué verdad es lo importante que son estas personas altruistas en esta sociedad.
Me gustó mucho.
Un abrazo

LUFERURA dijo...

Muchas gracias Nuria, me consuela pensar que este altruismo no es un caso aislado, aunque resulta desconocido en la mayoría de las ocasiones.
Un saludo

Somos Artesan@s de la Palabra dijo...

Un relato que me hizo emocionar, porque los incendios forestales son terribles, aquí en mi país cada año se pierden hectáreas de bosques, campos, animales y vidas humanas a causa de ellos, generalmente provocados por manos negras.
He visto amigos hacer campañas para colaborar en el combate de incendios y luego en forestar zonas devastadas, esos aviones hidrantes de tu historia me los recordaron.
Un abrazo y un recuerdo especial a todos los que combaten el fuego y salvan vidas.
PATRICIA F.

Roselia Bezerra dijo...

Olá, Luferura!
Os bombeiros exercem uma ação benfazeja muito importante.
Escolheu muito bem sobre onde focar.seu voluntariado.
Gostei do veio inspirador.
Tenha dias abençoados!
Abraços fraternos

LUFERURA dijo...

Hola Patricia, hace años recibimos en mi unidad una visita del embajador de Argentina para interesarse por nuestros aviones. Nos sorprendió ver los datos de Argentina, y hablo de hace muchos años... Los incendios se contemplan desde un ambiente local y si trascienden fuera de las fronteras es casi como anécdota. Realmente los ciudadanos de a pie somos incapaces de concienciarnos de la magnitud del desastre.
Agradezco mucho tu comentario,
Un saludo

LUFERURA dijo...

Hola Roselia,
Muchas gracias por el comentario y estoy de acuerdo, los bomberos ejercen una labor muy importante, pero también los cuerpos de seguridad y militares, después de todo apagar incendios es un servicio a la patria.
Un saludo.

Olá, Roselia,
Muito obrigado pelo comentário e concordo, os bombeiros realizam um trabalho muito importante, mas também os órgãos de segurança e militares, afinal, apagar incêndios é um serviço ao país.
Tudo de bom.

حزقيال dijo...

Tremenda historia, muy bien narrada me ha atrapado desde el comienzo hasta el final. Una historia que se repite en toda parte del mundo, acá en Argentina además de los incendios provocado por el calor están los que son intencionados para el negocio inmobiliario y para ganar campos para cosechar. Así se han perdido hectáreas de reservas forestales y muerte de animales.

Que tengas un buen día
Saludos

Buscador dijo...

Nadie o muy pocos saben la calidad de fuerzas de seguridad que los españoles tenemos...

Un saludo

LUFERURA dijo...

Muchas gracias por tu comentario. Yo creo que cada incendio tiene su historia y al final llego a la conclusión de que hay menos gente viviendo del campo y por ello no se cuida.
Un saludo.

LUFERURA dijo...

Desgraciadamente uno sólo se dan cuenta de ello cuando les afecta una desgracia.
Un saludo

Neogeminis Mónica Frau dijo...

Emotiva historia. Un abrazo

LUFERURA dijo...

Muchas gracias.
Un saludo

Tracy dijo...

Tu relato me ha tocado con mucha fuerza por todos los incendios que hemos vivido está verano en toda España

No quiero pensar en lo angustiosa que puede llegar a ser la situación, tanto de los damnificados como de las personas que van a salvarlos, ya sean por el oficio que tienen, como si lo hacen por solidaridad.
A unos y otros y a ti por traerlos:GRACIAS.

LUFERURA dijo...

Cuando uno de ellos te dice "se hace lo que se puede" tu ya sabes que están haciendo mucho más. No merezco ningún agradecimiento, pero gracias a tí por acordarte de ellos.
Un saludo.

Gabiliante dijo...

Esto ya tiene más tintes de amistad que de voluntariado. Es otro nivel.
Abrazooo

LUFERURA dijo...

Del voluntariado nace también la amistad. Gracias por el comentario.
Un saludo

Marcos dijo...

Es un relato intenso y conmovedor que captura la lucha desesperada de Pedro y Andrés contra un incendio voraz que amenaza un pueblo, tejiendo un canto a la lealtad y el arraigo; la historia, cargada de tensión con el rugido del fuego y la fragilidad de las mangueras, pinta un duelo desigual que se transforma con la llegada providencial de aviones, helicópteros y refuerzos, salvando no solo la casa de Pedro, sino su vida, como subraya Andrés en un cierre que destila humanidad; con detalles vívidos como la “mancha negra” de árboles quemados y el compromiso silencioso del guardia civil, el texto celebra la solidaridad y el valor de no abandonar al otro, dejando un eco de esperanza y unión frente a la catástrofe.
Felicidades

LUFERURA dijo...

Muchas gracias, efectivamente, ha veces que en estas situaciones te encabezonas con un objetivo pequeño: "ese árbol no se quema", "el fuego no llega hasta esa casa", o simplemente "yo me puedo matar pero a ése no le pasa nada", no sé porqué surge pero el caso es que sucede, unas veces ale bien y otras, desgraciadamente, no.
Un saludo.