18 junio 2016

LOW COST, MUCH SHIT

Para el que no lo entienda; Bajo coste, mucha mierda.


Los sabios filósofos de nuestra sociedad nos dicen que no se debe generalizar pero, a la vez, otros sabios van creando sacos donde categorizar eventos que pasan, libros que se publican, compañías o empresas. Y así hablamos de fenómenos virales cuando hay muchas visitas en internet; de prensa amarilla o del corazón...


En el caso de las compañías aéreas se habla de las compañías "low cost", aunque muchas veces me pregunto en qué categoría entran aquellas compañías que no son low cost. Como decían unas amigas: la aviación ha perdido el glamour, ya no se puede ir al avión con tacones altos.

A poco que nos espabilemos, si no vean una película del oeste, nos daremos cuenta de que a los pasajeros nos tratan como a ganado. Vamos de puerta en puerta hasta llegar al avión correspondiente, allí solo hay que sentarse en el cubículo que a uno le toca hasta llegar a su destino, donde irá de puerta en puerta hasta salir del aeropuerto.

Los aeropuertos hacen difícil determinar dónde está la diferencia entre una compañía low cost y una que no lo es. En un aeropuerto se sigue siendo el mismo ganado y aunque una compañía no sea low cost, no se va a llamar high cost (no son tontos) ni va a decir que es de lujo (no somos tontos y nos daríamos cuenta). 

Tendremos que llegar a la conclusión de que lo que ofrecen las low cost es un billete económico, que no tiene porqué ser barato. Como en las antiguas charter, usted paga para ir a un destino que no siempre es de línea, como en un autobús, solo paga por el desplazamiento. Si quiere llevar un bulto más tendrá que pagar por ello, si quiere comer o beber tendrá que pagar por ello, en fin... cualquier extra hará que el cost sea menos low, pero su viaje será bastante espartano de todas formas.

En nuestro caso, creo que RyanAir es la reina del low cost, casi me atrevería a decir que tiene vocación de compañía ganadera, aviones repletos que vuelan por toda Europa y ejecutivos agresivos que siguen una política de hacer favores que no se solicitan, una maleta más por 8€, gran favor, o facturar el equipaje sin más explicaciones que hay mucho, otro gran favor. Una cicatería que raya en lo cutre, las revistas de la compañía hay que devolverlas. Una política de asientos muy simple: el que te toca (por lo menos no es a maricón el último). Quizás esa sea la diferencia con otras compañías en que puedes escoger ir apretujado en la ventanilla, emparedado en medio o golpeado en el pasillo. RyanAir no te da la oportunidad: donde te ha tocado.

El interior del avión no es cómodo, en general como cualquier avión, cualquier sitio es bueno para llevar una cabeza de ganado (perdón, pasajero quería decir) si cabe en el cubículo. Pero ese amarillo chillón a la altura de los ojos va entrando en el subconsciente de tal forma que al acabar el vuelo te invita a desalojar el avión de la manera más rápida posible.

Puede que haya mejores compañías, pero también las hay peores, el caso es que al slogan "Vuele en RyanAir y morirá dos veces" no se le puede apostillar, en el caso de otras compañías si se le pueden hacer añadidos, dejaremos para más adelante AirBerlin.


05 junio 2016

¿TONTOS?


La verdad es que me cogen ustedes en uno de esos momentos en que tengo una crisis de españolidad. Intentaré explicarme, tras ver los programas que triunfan en televisión, me estoy planteando dedicar una serie de artículos al programa Masterchef, tras ver y leer las noticias de nuestro país con cierta asiduidad, el juicio del jugador de fútbol Lionel Messi ha sido la gota que desborda el vaso. Es en estos casos cuando podría justificar cualquier nacionalismo que se excluya de semejantes memeces.


Parece ser que en nuestra España se han olvidado de consignas como la de "imaginación al poder", parece ser que hemos asumido que los caraduras se han instalado en nuestro día a día, se han hecho tan cotidianos que son parte de nuestra vida.

En el juicio del señor Messi he tenido la oportunidad de ver dos burradas muy seguidas, algo que va contra lo que me han enseñado desde pequeño. Podemos resumirlo en la siguiente frase: "Yo no sé nada, sólo juego al fútbol, esto lo hacía mi papá", Traducción sencilla "soy gilipollas y la culpa es de mi padre". Es evidente, el señor Messi no sabe leer, debe firmar a duras penas y no sabe qué es lo que firma, es difícil de creer... Pero es más difícil de creer dentro de un ámbito como es el fiscal, en que uno es culpable hasta que demuestre su inocencia (lo contrario que ocurre para otros delitos). El caso es que se lo han creido, el señor Messi ha estado defraudando más de cuatro millones porque es tonto, pero creo que es más tonto el que ha estado dispuesto a creérselo.

Pero todavía es más grave, en mi opinión, que un hijo delate de esa manera a su padre. Me parece mentira que su irresponsabilidad llegue a ese punto de desvergüenza y de desapego por su padre... pero parece ser que eso es lo que le va a la sociedad de hoy.