68.213

Comentario provocado por "El paro vuelve a subir en octubre y diluye el optimismo de la EPA", publicado en elpais.com.

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Es que 68.213 es el número de los nuevos parados en el mes de octubre, la comparecencia del nuevo ministro se ha hecho con una lectura positiva, nos acercamos al fin de la crisis... las cosas no van tan mal... se está estabilizando el empleo... Pero las cifras no pueden engañar, a estas alturas que el paro siga aumentando no es bueno. Lo menos malo sigue siendo malo, a la vez que lo no tan malo sigue sin ser bueno.

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Nuestra querida oposición ha hecho la lectura negativa subrayando una vez más la ineficacia del gobierno y el mal resultado de las medidas tomadas por el ejecutivo. Nada que pueda hacernos sentir esperanza y todo cimentado en un número de tragedias que supera a los cuatro millones.

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Lo que si me da la impresión con mi limitado conocimiento es que estamos esperando a que pase el tren para poder subirnos en él, ha eso se reduce todo... Las medidas que han tomado unos y las que proponen otros no son más maniobras para mitigar esa espera del mejor modo posible.

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Creo que nuestro paro, nos guste o no, galopante indica que las fórmulas que conocemos no sirven. Creo que esta situación no exige tanta preocupación como creatividad y seriedad. Repito que mis conocimientos son muy limitados, pero creo que se están moviendo mal las fichas en esta partida.

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En primer lugar dar un subsidio de desempleo no es más que una limosna, al parado hay que darle dignidad y no un estipendio para que aguente hasta que vuelva a encontrar trabajo o alguien se lo ofrezca. Es una ayuda para sobrevivir que no le va a hacerse sentirse digno.

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Creo que en nuestra realidad el estado debe ser creador de empleo y no limitarse a mitigar una situación, sino ofrecer actividades remuneradas a los parados, invertir en trabajo y crear empresas sin ánimo de lucro que puedan garantizar servicios que no se pueden mantener. Quizás en la época de bonanza se externalizó demasiado y ahora mantener unos servicios resulta demasiado caro cuando no imposible.

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No se trata de competir con otras empresas sino de cubrir unos servicios que se han tenido que recortar. Estas empresas, por supuesto, deben orientarse a dar la máxima ocupación y no atender a términos de ganancias, sino de producción y empleo. Ocupar a veinte personas para cavar una zanja en vez de una excavadora creo que es un buen ejemplo.

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Creo que también hay muchas otras opciones como puede ser la de ocupar a los parados en otros compromisos que el gobierno ha adquirido y que suponen una pérdida de sus ingresos. Se puede utilizar personas en desempleo para hacer las obras sociales, acudir a personas en desempleo para auxiliar a aquellas personas que no son dependientes y no necesitan un personal especializado, pero que necesitan ayuda. Hacer que sesempleados apoyen a los que están cavando tumbas de nuestra guerra civil. Hacer que parados ayuden a las ONGs que dentro de nuestro territorio intentan potenciar esos servicios que no alcanzan a toda la sociedad.

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Creo, desde mi muy humilde punto de vista, que no es una forma de solucionar el paro ni de mejorar la economía, pero si de hacer una sociedad mejor y de que la ayuda que recibe un parado se vea reforzada con algo de dignidad, del orgullo de estar haciendo algo bueno.

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Pero bueno... de ilusión también se vive.

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DEL RESPETO Y LA EDUCACIÓN

Comentario provocado por la columna "Disculpa no aceptada", publicada en ABC.es.

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En poco tiempo parece ser que dos personajes políticos han visto mancillado su honor, me refiero a los deleznables abucheos sufridos por Don José Luis Rodriguez Zapatero y las no menos bochornosas declaraciones que sobre la recién nombrada ministra Doña Leire Pajín vertió el alcalde de Valladolid, el señor León de la Riva. El uno se ha disculpado, la masa acéfala ha demostrado no tener cabeza y es imposible que se disculpe.

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Aunque alguien piense que, en este caso, hay que cargar contra la derecha no debemos olvidar que en otras ocasiones izquierda y nacionalismos también la han emprendido con la misma saña contra otros personajes de la derecha, en este sentido los dos agraviados se han despachado siempre que han tenido oportunidad.

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La verdad es que las declaraciones del señor alcalde no han hecho más que confirmar la vulgaridad más rastrera de nuestra clase política. Y a esta declaración hay que sumar otras declaraciones de la señora Pajín, del señor Blanco, del los propios señores Zapatero y Rajoy, de sindicalistas, de nacionalistas, de políticos de primera y alcaldes de segunda que con sus continuas faltas de respeto, amparadas en la libertad de expresión, no han demostrado otra cosa que su cerrazón y su desdén por aquellos que les han votado.

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Anclados a su sillón, excusan sus continuas faltas en acusar a los otros de ser peores o de hacer lo que deben: ser oposición y decir lo que creen que es malo. No buscan unir esfuerzos sino agrandar las diferencias.

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Y si estos son los padres de la patria no quiero pensar en lo que harán con sus hijos.

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GUZMÁN EL BUENO

He leído muchas veces a lo largo de mi vida el gesto de Guzmán el Bueno, ese de lanzar a los sarracenos su cuchillo para que con él sacrificasen a su hijo y así no entregar la fortaleza de Tarifa.

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Creo que por primera vez me lo leyeron en el libro de lectura escolar de un curso al que denominábamos "ingreso" y la consecuencia era que el honor estaba por encima de todo, nada tan justificable como el de salvar la vida de un hijo podría borrar la mancha adquirida sobre nuestro nombre y nuestra familia.

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Pasados unos años volví a leer este hecho en el contexto de los preparativos de la Batalla del Salado, la consecuencia era que el bueno de Guzmán había antepuesto del deber, no entregar la fortaleza de Tarifa había sido decisivo para que el rey Alfonso XI derrotase a los Benimerines en el río Salado.

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La última vez que lo leí, se analizaba en un contexto político en que se acusaba al padre de falta de respeto por la vida de su hijo y que honor, deber y la plaza de Tarifa eran "pecata minuta" si se podía salvar la vida del niño.

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También lo ví en forma de "sketch" de "Tres en Raya" algo que me hizo gracia, pero que desnudaba de toda moral al gesto del bueno de Don Guzmán.

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Sinceramente esto no ha venido sino a que me la lectura de los periódicos me ha hecho pensar acerca de como ha evolucionado nuestra moral y cómo los hechos van perdiendo su valor ejemplarizante, pero no me quiero calentar la cabeza si esto es para bien o para mal.

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La verdad es que Don Guzmán el Bueno dejó muy claro que él no trataba con terroristas en un mundo de claro oscuros en que había que decidir entre blanco y negro. Hoy vivimos en un mundo de colores que intenta conjugar la guerra al terrorismo con la alianza de civilizaciones y el cual todo es justificable, simplemente no hay épica.

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